La presión judicial y política fuerza la dimisión de Fazio
El gobernador del Banco de Italia, Antonio Fazio, dimitió ayer de su cargo al aumentar las presiones y perder todos los apoyos, incluidos los del supervisor italiano. Su salida se produce tras ser investigado por uso de información privilegiada y abuso de poder para impedir que triunfase las opas del BBVA y de ABN Amro sobre BNL y Antonveneta, respectivamente.
Cuando el BBVA decidió lanzar su opa sobre la Banca Nazionale del Lavoro (BNL) en la primavera pasada nada hacia prever que esta operación, que fracasó el 22 de julio por las trabas impuestas por el Banco de Italia y la entrada en escena de la aseguradora Unipol, terminaría con la dimisión de Fazio. El gobernador ha cedido a la presión del Gobierno italiano un día antes de que el BBVA celebre su último consejo del año. En esta reunión ocupará un lugar destacado la estrategia en Italia al reabrirse las posibilidades del banco español para optar a la compra de BNL si Unipol se ve abocado a suspender su opa y vender el 47% que posee del sexto banco italiano.
Fazio parecía imbatible. Las presiones de Bruselas, el Banco Central Europeo o de varios miembros del Gobierno italiano no habían logrado ejercer la presión suficiente para que el gobernador del Banco de Italia dimitiese hasta ayer, cuando el cerco era completo. El Tesoro italiano daba ayer los últimos retoques a una ley destinada a forzar la salida del desacreditado banquero central para provocar su salida hoy, si los dos miembros del Consejo Superior del Banco de Italia fracasaban en su intento de convencer a Fazio de que presentara su renuncia ayer.
Los argumentos de estos dos consejeros eran claros: Fazio estaba siendo investigado por haber facilitado información relevante sobre las operaciones de adquisición de BNL y Antonveneta a Unipol y a BPI. Además, el BCE le había recriminado la aceptación de un gran número de regalos de alto valor realizados por su amigo Gianpiero Fiorani, ex consejero delegado de BPI, detenido la semana pasada acusado de manipulación de precios y apropiación indebida en la trama para impedir la opa de ABN Amro sobre Antonveneta.
De no haberse resuelto el caso ayer, sería el consejo de ministros extraordinario convocado para hoy el que habría activado los cambios necesarios para introducir una enmienda en una ley de ahorro para que hubiese provocado su cese.
Esta solución había sido diseñada por el ministro de Economía, Giulio Tremonti, el más crítico con Fazio. Tremonti presentaría una 'solución Trichet', es decir, un mecanismo similar al que permitió al presidente del BCE, Jean Claude Trichet, tomar el puesto de Wim Duisenberg, designado antes de que su predecesor dejase su cargo. Esta enmienda incluye una modificación de los estatutos del Banco de Italia para que el cargo de gobernador se limite a cinco años. Ahora es vitalicio.
Coincidiendo con la salida de Fazio las investigaciones sobre las maniobras de Unipol para hacerse con BNL se han extendido al número dos de la aseguradora, Ivano Sachetti, sospechoso entre otras cosas de manipular el mercado. La Fiscalía de Roma cree que el vicepresidente de Unipol podría haber cometido además los delitos de especulación abusiva y obstáculo a la autoridad de vigilancia, los mismos por los que se investiga al número uno del grupo asegurador, Giovanni Consorte.
Este hecho entorpece aún más la opa de Unipol, ahora bloqueada hasta que el regulador del mercado, la Consob, dictamine si la aseguradora debe o no subir su oferta de 2,75 euros por acción a 2,92 euros como reclama el BBVA.
El esperado final del supervisor más polémico Una carta de dimisión y reivindicación 12 años como banquero central vitalicio Palabras conciliadoras de Berlusconi
Fazio ha aprovechado su escrito de dimisión para reivindicar su tarea al frente del Banco de Italia. El ya ex gobernador dice haber tomado la decisión con 'autonomía y con la conciencia tranquila' y que con su renuncia pretende aportar 'serenidad' a Italia y a su banca. En el escrito, Fazio asume el papel de protagonista y promotor de la integración de la industria bancaria. El hasta ayer gobernador vitalicio del Banco de Italia, asegura haber defendido siempre los intereses nacionales 'en coherencia con los europeos y respetando la legalidad', así como la independencia de una institución a la que dice amar.Antonio Fazio, de 69 años, ha consagrado 45 años de su vida al Banco de Italia, a cuya cumbre llegó en 1993 tras la dimisión de Carlo Azeglio Ciampi, actual presidente italiano. Fazio, casado, con cinco hijos y devoto católico, se ocupó en los años sesenta de confeccionar los primeros modelos econométricos para Italia al frente del servicio de estudios. Sin embargo, han sido sus 12 años al frente de la institución cuando ha vivido su etapa más intensa: el control de la inflación para conseguir la adopción del euro, la transferencia de competencias al BCE y la consolidación de un frágil y fragmentado sector bancario.Berlusconi tuvo ayer palabras conciliadoras con Fazio a quien definió como una persona 'honesta y responsable'. Más crítico se mostró el líder de la oposición, Romano Prodi, que afirmó que la renuncia de Fazio era 'un acto debido' que se esperaba 'desde hace tiempo'. La Comisión Europea, por su parte, anunció que la marcha de Fazio no cancelará el expediente contra Italia por restringir la competencia. Por el momento, se desconoce quién será el sucesor de Fazio, aunque la prensa italiana especula con nombres como el del ex director del Tesoro Mario Draghi o el del ex comisario europeo Mario Monti.
Nuevos mercados
Estados Unidos se ha convertido en un mercado estratégico para el BBVA en los dos últimos años. Además, el banco quiere entrar en el mercado asiático, lo que puede influir también en los cambios de organigrama que se esperan que se anuncien hoy.
Cambios en el equipo directivo del banco vasco
El BBVA celebró ayer su última comisión delegada permanente del año. En ella se discutió el nuevo escenario que se le abre al banco en Italia tras la dimisión del gobernador del Banco de Italia. Aunque el protagonismo se lo llevaron los cambios que se van a producir en la cúpula del banco y que serán anunciados hoy en el consejo de administración que se celebra en Bilbao.Estos relevos, los más importantes que aborda el BBVA desde que pusiera en marcha hace tres años el plan estratégico que ahora finaliza, se producen tras el fallecimiento del responsable de banca minorista para España y Portugal Julio López.La convocatoria de este consejo es ordinaria, pero en ella se aprobará el organigrama que pondrá en marcha el nuevo plan estratégico que regirá en el grupo en los próximos años.Estos cambios pueden ir desde el nombramiento de un director de banca minorista para sustituir a Julio López hasta el cambio de otros responsables de áreas, ya que la figura de director general desapareció hace dos años.El área de banca minorista es una de las tres grandes unidades de negocio del grupo, junto a la de América, dirigida por Vitalino Nafría, y Banca Mayorista y de Inversiones, capitaneada por José María Abril.Fuentes cercanas al banco esperan que al nombramiento de un nuevo director de banca minorista le acompañe otros, ya que los actuales directores fueron nombrados en 2003 para llevar a cabo un plan que ahora llega a su fin.