La patronal textil pide 200 millones en tres años para prejubilaciones y recolocaciones
La progresiva liberalización del comercio textil internacional sigue cobrándose su precio en España: según el Consejo Intertextil, 2005 se cerrará con una pérdida de cerca 20.000 empleos, un 9% del total. Los cálculos de la patronal para el año que viene apuntan a una pérdida similar en términos porcentuales, si bien 'ligeramente menor en valores absolutos, porque se parte de una base inferior', apuntó ayer su presidente, Adriá Serra. Estos retrocesos son consecuencia inmediata de la caída de la producción: desde 12.790 millones de euros, en 2004, hasta 11.575 este año. El repunte de las importaciones, al tiempo que las exportaciones permanecen estancadas, llevarán al sector a engrosar en 4.200 millones el abultado déficit comercial español.
En vista de esta situación, el sector ha pedido al Gobierno 200 millones de euros en tres años para poder hacer frente a las prejubilaciones y recolocaciones necesarias para 'adelgazar el sector', una tarea 'ineludible', según Serra. 'Se trata de que las empresas no se queden exhaustas de recursos a la hora de reorientar su actividad', aclaró.
El Consejo Intertextil, que celebró ayer su junta anual, observa una 'voluntad política' por parte del Gobierno, y los Presupuestos de 2006 parecen ir en ese camino: el Senado acaba de aprobar una enmienda, presentada por CiU, que pide dar cobertura presupuestaria a las medidas necesarias para afrontar los costes sociales de la reconversión de los sectores textil, calzado y muebles. Una 'enmienda percha' que todavía tiene que ser ratificada por el Congreso en los próximos días.
Serra sostiene que la situación derivada de los acuerdos comerciales de la OMC, que ha supuesto el fin del sistema de cuotas desde enero pasado -matizado temporalmente respecto a China-, 'ya no puede ir a peor', y alberga una esperanza en la reestructuración hacia productos de mayor tecnología y diseño. Eso sí: pide un esfuerzo negociador para reducir aranceles en países de destino, de hasta un 70%, 'mientras la UE tiene los más bajos del mundo'.