Boicot conservador a las Navidades laicas en EE UU
El tiempo puede acabar con muchas pasiones. Pero no siempre. Hay veces que las encona. Esto es lo que pasa en EE UU en unas fechas en las que se engalanan los árboles, se planean fiestas familiares y de empresa, se compran regalos y se vuelve a discutir si todos estos preparativos son para celebrar la Navidad o unas fiestas. Un año más, se revive el debate de si hay que desear happy Christmas (felices Navidades) o happy holidays (felices fiestas).
La polémica tiene historia y la de los últimos años se escribe con el trasfondo de la diversidad cultural y religiosa de un país que cuida, con cierta obsesión, el lenguaje políticamente correcto. En los ochenta, los grupos de libertades civiles pidieron a los tribunales que se retiraran los nacimientos de lugares públicos y, desde entonces, se empezó a usar un lenguaje neutro y desear felices fiestas. Incluso la Casa Blanca así lo hace oficialmente.
Pero los cada vez más poderosos grupos cristianos han decidido contraatacar para parar lo que ellos ven como la desnaturalización de estas fechas. Muchos creyentes agrupados en la Asociación Americana de Familias (AFA, por sus siglas en inglés) empezaron hace tres años una campaña de boicot contra las cadenas comerciales y empresas que hubieran sustituido la palabra Navidad por la genérica de fiestas. En 2004, consiguieron que Federated, la cadena de tiendas como Macy's y Bloomingdale's, incluyera en su publicidad la referencia a la celebración cristiana.
Este año, el grueso de su campaña de boicot se ha dirigido contra Target, una empresa con 1.400 tiendas y una facturación de unos 47.000 millones de dólares anuales. La semana pasada, Target cedió a la presión de 700.000 personas que protestaron, en nombre de AFA, porque sus anuncios obviaban la Navidad. Ahora su publicidad y marketing 'se orientarán más específicamente a la fiesta que se celebre describiéndose como Navidad o Januká (fiesta judía)', promete la firma. El boicot se ha acabado.
La AFA mantiene su campaña en otras tiendas y, además de forzar a otra cadena a cambiar el cartel de 'Se venden árboles de fiestas' por 'Se venden árboles de Navidad', tiene una lista con las tiendas y marcas de productos o servicios como Dell, Lexus, Cingular, Home Depot, que ignoran que es Navidad.
Asesorados por el Consejo de Libertades, controlado por el reverendo Jerry Falwell, hasta 1.500 abogados se han comprometido a denunciar a los ayuntamientos que prohíban las escenas de Navidad en sus decoraciones públicas. Incluso el portavoz republicano de la Cámara de Representantes, Dennis Hastert, ha pedido este año que el árbol del Congreso se llame de Navidad y no de Fiestas como lleva haciéndose hace 10 años.
Todas estas acciones cuentan con el apoyo de periodistas como el carismático y ultraconservador Bill O'Reilly, de la cadena Fox, que se han unido a esta campaña desde el púlpito de sus columnas y comentarios en televisión denunciando a los 'profesionales del ateísmo' que quieren acabar con los valores tradicionales americanos.
Algunos historiadores recuerdan que la Navidad no fue siempre un valor arraigado en esa sociedad. Los puritanos que llegaron para poblar EE UU en el siglo XVII no observaban la Navidad porque la fecha del 25 de diciembre no aparecía en la Biblia, su única fuente de verdad. Más bien consideraban que estas fiestas derivaban de unas celebraciones paganas romanas, las saturnales, que ellos no estaban dispuestos a honrar. De hecho, durante años la Navidad estuvo prohibida en EE UU y sólo el paso del tiempo y la comercialización la normalizaron como fiesta.