'Helena Egipcíaca', en el Teatro Real
Tremendamente difíciles'. Los cantantes Deborah Voigt y John Treleaven coincidieron ayer al valorar sus papeles de Helena y Menelao en la ópera Helena Egipcíaca, de Richard Strauss, que el Teatro Real estrenará mañana en versión concierto.
La obra, estrenada en la Staatsoper de Dresde en 1928, es una de las colaboraciones entre el compositor alemán y el escritor Hugo von Hofmannsthal. Es también una de las partituras menos representadas del autor de La mujer sin sombra, que el Real programó el pasado mes de abril.
Para el maestro Leon Botstein, que dirigirá la Orquesta y Coro del Teatro Real, Strauss no tenía interés por la voz masculina. El papel de tenor de ésta ópera es 'un castigo', por eso es difícil encontrar cantantes y quizá eso explica que no se represente tanto.
Strauss escribía sobre todo para voces femeninas y para la versión que se escuchará en Madrid los días 9 y 11 de diciembre el Teatro Real contará con Deborah Voigt, considerada una de las principales sopranos dramáticas de hoy en este repertorio. Voigt, a la que el público madrileño pudo ver en Fidelio, dirigida por Barenboim, y el tenor John Treleaven, quien debuta en el papel para su presentación en el Real, compartirán escenario con Wolfgang Brendel, Marta Infante, Lyobov Petrova y Kresimir Spicer, entre otros.
Helena Egipcíaca era la obra favorita de Strauss, destacó ayer Botstein en la presentación de la ópera. En ella, trata aspectos especialmente queridos por el compositor como el amor por la antigüedad clásica y la fidelidad conyugal. El autor 'desnuda a los mitos, a través de la música'.
Strauss trabajó mucho con su libretista, pero 'donde más ha trabajado, más ha fracasado', recordó el maestro Botstein. La ópera no tuvo éxito y en 1933, Clemens Krauss, amigo y libretista de Strauss, realizó una revisión que se presentó en Salzburgo sin mayor éxito.
Botstein recupera la versión de 1928. El director musical, gran conocedor del compositor alemán, reivindica el Strauss intelectual, lector de los grandes filósofos alemanes, para el que cada palabra contaba y era fundamental. 'Para él, el 40% de la ópera era el libreto'. Al público, en cambio, la ópera le resultaba complicada y durante mucho tiempo ha sido recibida con ambivalencia y dudas sobre su calidad. 'Los que criticaban la obra por su contenido literario lo hacían por falta de sofisticación', añade Botstein. En su opinión, afortunadamente en la actualidad se han superado aquellas reticencias. 'Vamos a salvar la ópera, porque el público puede abarcar el texto'. Confía en el reparto. De Voigt asegura: 'No he conocido en mi vida a una soprano dramática como ella' y de Treleaven: 'Es el mejor Menelao que he tenido'.