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Columna
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Las razones de la política monetaria europea

La última decisión del Banco Central Europeo (BCE) no ha sorprendido porque había sido anunciada por su presidente, pero no ha sido comprendida por muchos analistas. En cierta parte, parece que la evaluación de las decisiones de la autoridad monetaria europea se hace en comparación con la actuación de la Reserva Federal (Fed). Por otra parte, parece que la crítica o no comprensión ante la subida de tipos se debe a que no se observan expectativas inflacionistas importantes en el corto plazo. Sin embargo, hay que recordar que la falta de actuación de la Fed ha resultado en un exceso de liquidez internacional y que hay síntomas de desequilibrio financiero en Europa. Parece, en definitiva, que se necesita más análisis sobre la economía europea, lo cual es evidente simplemente si se cuenta el número de informes disponibles sobre las economías de uno y otro lado del Atlántico.

Las últimas proyecciones macroeconómicas del staff del eurosistema recogen una ligera aceleración en el crecimiento del PIB, aunque con mayor incertidumbre, ya que pasaría desde unas tasas del 1,2%-1,6% en 2005 a un rango de 1,4%-2,4% en 2006. Respecto a los precios, la incertidumbre es incluso mayor, ya que se pasa de un rango de previsiones 2,1%-2,3% para 2005 a uno de 1,6%-2,6% para 2006. En sus explicaciones sobre las previsiones, el staff del eurosistema señala que el crecimiento seguirá estando apoyado en unas exportaciones dinámicas, dado que el crecimiento mundial se estima fuerte, y que no se esperan efectos de segunda vuelta importantes debidos al alza del precio del petróleo y de las negociaciones salariales. Estas previsiones constituyen un input para la evaluación que hace en Consejo de Gobierno del BCE de la situación económica y de los riesgos sobre la estabilidad de precios.

Por otra parte, en los boletines mensuales de la institución lleva tiempo destacándose el dinamismo de los agregados monetarios, con significativa aceleración desde mediados de 2004. Como contrapartida destaca el crecimiento del crédito a las familias con destino a compra de vivienda (10,6% en el tercer trimestre). El aumento del precio de la vivienda es un fenómeno que existe en varios países del área euro y que se ha destacado como elemento de preocupación por organismos internacionales como el FMI o la OCDE. Además, hay muchos economistas (como Charles Goodhart, Edwin Truman, Boris Hoffman, Claudio Borio, William White) que destacan la importancia del precio de la vivienda como parte del objetivo de la política monetaria. Sólo por motivos de frenar esta sobrevaloración ya tendría explicación la pequeña subida de tipos. Hay que considerar que el crecimiento monetario está facilitando los aumentos de estos precios y que los precios de los bienes comercializables no muestran mucha aceleración debido a los efectos de competencia introducidos por la globalización.

La diversidad de opiniones sobre la evolución económica mejora la capacidad de anticipar el curso de los tipos

Recientemente, en una entrevista publicada el 24 de noviembre en Libération, Die Welt y La Stampa, el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, afirmaba que su anuncio de un próximo aumento de los tipos de interés obedecía a que los riesgos de inflación en el área euro habían aumentado y que se trataba de una decisión preventiva y de mantenimiento de la credibilidad en la autoridad monetaria europea. Trichet también señalaba que esta decisión se debía a que existían demasiados rumores y opiniones sobre la política monetaria, aunque en el Consejo del BCE había existido una postura bastante unánime. Como recoge un documento reciente del BCE (How should Central Banks communicate?, realizado por Michael Ehrmann y Marcel Fratzsche; Working paper, nº 557 / nov. 2005), lo que contribuye positivamente a la efectividad de la comunicación de un banco central es la uniformidad de los puntos de vista de los miembros de sus consejos sobre la política monetaria aunque haya diversidad de opiniones sobre el escenario económico. Es más, la diversidad de opiniones sobre la evolución económica mejora la capacidad de anticipar el curso de los tipos de interés y la política monetaria, como se demuestra para el caso de la Fed; la falta de evidencia significativa en el caso del BCE se puede deber a menor conocimiento e información sobre el escenario económico. Un último resultado del citado estudio es que la mayor frecuencia en la comunicación facilita la anticipación por los mercados de las decisiones de política económica. Parece que el presidente del BCE está aplicando estas conclusiones.

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