Serbia espera entrar en la UE en seis años
La hasta hace dos años denominada Federación Yugoslava ha vivido un amplio proceso de reformas democráticas desde 2000, tras la caída del ex presidente Slobodan Milosevic. En enero de 2003, los dos miembros de la federación acordaron una relación algo menos estrecha y el país pasó a llamarse Serbia y Montenegro. El ministro de Relaciones Económicas Internacionales, Pedrag Ivanovic, habla de 2012 como el siguiente mojón en el camino: la plena integración en la Unión Europea.
La Comisión Europea abrió una rendija de la puerta de entrada el 13 de abril, cuando el comisario para la Ampliación, Olli Rehn, inició negociaciones para un pacto de estabilización y asociación con la república balcánica. Bruselas valoró la colaboración de Belgrado con el Tribunal de La Haya para los crímenes de la guerra de los Balcanes, aunque el comisario aclaró que las negociaciones de adhesión no empezarán hasta que Radovan Karadzic y Ratko Mladic, acusados de crímenes contra la humanidad, sean entregados.
El actual gobierno serbio, liderado por Borís Tadic, espera que la incorporación se produzca tan pronto como en 2012. 'El camino está iniciado', advierte, satisfecho, Ivanovic. 'En diez meses habremos completado el acuerdo de asociación, que abrirá el camino a la plena integración futura'. El acuerdo del que habla contempla plazos para la progresiva reducción de tarifas aduaneras, hasta llegar al libre cambio comercial.
El camino de la integración será largo, y no sólo en términos políticos. Serbia y Montenegro tiene hoy una producción equivalente a la mitad de la de antes de la guerra, iniciada en 1991. El PIB creció el año pasado un 8%, aunque debe considerarse la reducida base de la que parte. Los avances son mayores en la estabilidad fiscal: el déficit público ronda el 3%, una cifra normal en la mayoría de los países de la UE. Pero el bajo nivel de vida se observa en datos como la renta per cápita (2.800 dólares, la décima parte que en España) y una tasa de paro reconocida del 22%.
El Ejecutivo de Tadic está desarrollando un programa de privatizaciones para recuperar la economía. España apenas participa de él, lo que, según Ivanovic, 'la hace perder terreno en favor de países como Italia'. Serbia y Montenegro tiene acuerdos de libre comercio con siete países de Europa del este, y también con Rusia. Esta última supone que el país puede servir de 'punto de partida' de los inversores hacia otros mercados, y una oportunidad de avanzar en la integración en la UE.
Tras la adhesión de Rumania y Bulgaria, prevista en 2007, la ampliación seguirá por la región balcánica, empezando por Croacia Eslovenia ingresó el año pasado. Los 10 millones de habitantes de Serbia y Montenegro esperan turno.
Mano de obra cualificada y bajos impuestos para captar inversión
El ministro Ivanovic y 30 empresarios serbios visitaron Madrid la semana pasada con el objetivo indisimulado de buscar inversiones. Como reconoce Ivanovic, es la primera visita oficial de tintes comerciales en los últimos 20 años, por lo que debe interpretarse como 'una toma de contacto'. Según el ministro de Relaciones Económicas Internacionales, una delegación española devolverá la visita en primavera.Ivanovic se reunió con el presidente de la CEOE, José María Cuevas, y numerosos empresarios españoles, a los que habló de los posibles campos de colaboración: infraestructuras, agroalimentación, maquinaria, telecomunicaciones y, 'especialmente', turismo. La visita ha sentado las bases, según el ministro, para establecer en un futuro no lejano una línea portuaria y otra línea aérea entre los dos países.De momento, el transporte de mercancías se realiza mayoritariamente por carretera, lo que encarece notablemente las relaciones comerciales. Los intercambios con España apenas superaron los 165 millones de dólares en 2005. Una cantidad 'muy pequeña' que, según Ivanovic, deja abierto 'un campo inmenso de potencialidades'. Para desarrollarlas, el ministro ha explicado a los empresarios las medidas de protección para las inversiones extranjeras instauradas en su país, y les ha garantizado la ausencia de doble imposición por sus beneficios.Ivanovic sostiene que, pese a las consecuencias derivadas de la cruenta guerra, Serbia y Montenegro tiene una mano de obra cualificada y con un coste muy bajo: 290 dólares mensuales. Otras ventajas esgrimidas son la situación geográfica, en el eje entre la UE, Asia y África, y la tradición del país, 'que fue comunista pero no de tipo soviético', en la economía de mercado. La más significativa, con todo, parece ser la fiscal: el impuesto sobre sociedades se limita al 10% de los beneficios, muy por debajo de la media europea.