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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El armisticio de las tarjetas

Las entidades financieras y el sector del comercio han alcanzado un acuerdo que pone fin al enfrentamiento en torno a las comisiones que cobran a las tiendas por aceptar las tarjetas como medios de pago. El pacto ha estado apadrinado por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, y venía impulsado por la sentencia del Tribunal de Defensa de la Competencia que obligaba a ajustar a costes las tasas de intercambio en las tarjetas como medio de pago.

El diálogo era en este caso la mejor vía para alcanzar una solución ante un enfrentamiento que se ha ido prolongando durante años. En este caso, las dos partes se necesitan mutuamente. Para los comerciantes se va convirtiendo en imprescindible aceptar las tarjetas como medios de pago y, para los bancos, que la red de terminales en los puntos de venta se extienda es la garantía de mayores ingresos futuros.

Es esa coincidencia básica de intereses y esa recíproca dependencia lo que ha permitido encontrar un punto de equilibrio. Las partes aseguran que el pacto puede ser beneficioso para todos por la vía de fomentar el creciente uso de la tarjeta, pues el margen para igualar a los países que más uso hacen del dinero plástico es aún amplio. Eso permitiría cubrir los 2.000 millones que la banca calcula que dejará de percibir por la rebaja.

La gran duda que queda es si los usuarios serán también beneficiarios de esa rebaja de las comisiones, esto es, si se trasladará a los precios la rebaja de comisiones, por un lado, y si los bancos no tratarán de compensar los menores ingresos con un aumento de las cuotas, por otro. La competencia entre entidades debería limitar este último efecto colateral. En cuanto al traslado a los precios, los más optimistas dicen que el acuerdo rebajará un cuarto de punto la inflación el año próximo. Si eso llega a ocurrir, no será tanto por la buena voluntad de los firmantes como porque a su vez haya medidas que fomenten la competencia en el comercio. Lo cual debe incentivar al Gobierno a poner en marcha el plan de choque que prepara para el sector.

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