Microelectrónica Española, pionera de la seguridad digital
Copiar una tarjeta de crédito para su uso fraudulento, falsificar un documento nacional de identidad o ser estafado comprando por internet pueden ser prácticas que pasen al olvido con la aparición en nuestro país del DNI digital. Su implantación, clave para la seguridad en la era digital, es fruto de la labor de investigación de empresas como Microelectrónica Española, que lleva quince años trabajando en el desarrollo de sistemas de pago e identificación inteligentes, que lleven incorporado un chip electrónico.
La apuesta de esta empresa, de capital cien por cien español, por investigar en este campo, al que destina el 30% de sus ingresos, ha sido muy acertada a tenor de los resultados alcanzados. Con una plantilla de cien trabajadores, en su mayoría ingenieros de telecomunicaciones, industriales e informáticos, esta entidad ha alcanzado una cuota de mercado del 50% en el mercado español y se ha convertido en el principal proveedor de tarjetas para los teléfonos móviles de Movistar, Vodafone y Amena, las tres grandes operadoras en España. Asimismo, se ha convertido en el principal proveedor de tarjetas inteligentes de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), para la que fabrica el 80% de las tarjetas emitidas por sus socios dentro del proyecto monedero electrónico Euro 6000.
Pero sus logros no sólo se han limitado al mercado nacional. Esta compañía ha empezado a distribuir sus productos en más de 30 países, a través de acuerdos de suministro con operadores locales de telefonía móvil y entidades financieras. De hecho, del total de sus ventas durante el pasado ejercicio, que ascendieron a 27 millones de euros, el 60% provino de las exportaciones a 18 de estos 30 países.
Esta expansión internacional es la que le ha traído no sólo el reconocimiento en España, dónde ha sido galardonado por partida doble (sociedad de la información y competitividad empresarial a la pyme), si no también en el extranjero, donde ha conseguido firmar grandes contratos de distribución en los últimos años. En este punto, Microelectrónica valora el papel decisivo que han jugado en primer lugar, el Ministerio de Ciencia y Tecnología, y posteriormente, el de Industria, al subvencionar la práctica totalidad de sus proyectos de I+D de los últimos años. Este apoyo es el que ha provocado la implantación de productos tan importantes para la firma como el sistema operativo M.MARTM o el identificador Biométrico, entre otras marcas.
Microelectrónica Española es la única firma nacional presente en el Consejo de Administración del Organismo Europeo de Estandarización de las Telecomunicaciones, dónde participa de forma activa en los grupos de trabajo de organismos internacionales, como GSM Association, un foro dónde los grandes gurús y fabricantes de las telecomunicaciones están definiendo las líneas maestras del futuro de las telecomunicaciones móviles, tanto para el estándar GSM como para el UMTS o telefonía de tercera generación.
Además, a pesar de no haber sido elegida dentro de la unión temporal de empresa que va a desarrollar el DNI electrónico en nuestro país, es muy probable, aseguran, que trabaje en un futuro a corto plazo, dada su alta especialización tecnológica y la relación que ya tiene con compañías como Indra, Telefónica o la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre.
De hecho ya está trabajando con una plataforma corporativa PKI (encriptación de datos), que le permite realizar transacciones con clientes y proveedores en un entorno digital seguro para la formalización de contratos, pedidos o pagos que le están sirviendo como banco de pruebas para su tarjeta de identificación de alta seguridad, que podría ser, dicen, un complemento para el DNI digital.
En la compañía, que vendió más de 10 millones de tarjetas en 2004, aseguran que están a la espera de recibir la autorización para convertirse en la primera entidad española que fabrique una tarjeta con la que se pueda utilizar la firma electrónica. Esta permitirá a cualquier usuario realizar transacciones electrónicas con la misma validez que la firma manuscrita sobre el papel.
Otro de los proyectos en los que ha implicado a entidades bancarias de todo el mundo es la implantación del estándar EMV, que servirá para definir las tarjetas de crédito del futuro, que incluirán un microchip electrónico para garantizar un uso seguro de la tarjeta. Este sistema, cuya implantación en España se ha retrasado hasta 2007 por acuerdo de los bancos españoles (hace falta cambiar tanto las tarjetas como los terminales), reducirá significativamente la posibilidad de falsificación al contar además con el requisito de teclear un código PIN cuando se trate de transferencias o pagos electrónicos. En la actualidad tan sólo el 5% de las tarjetas, el 8% de los terminales y el 35% de los cajeros cumplen con el citado estándar.
Entre sus últimas novedades, destaca una tarjeta de identificación con reconocimiento biométrico (BioPIN), que coteja la huella del propietario, almacenada en el chip, con la del portador de la tarjeta.
Desarrollo tecnológico
Los avances tecnológicos conseguidos en el desarrollo de sistemas operativos de las tarjetas inteligentes, la fabricación de las tarjetas inteligentes con chips de gran capacidad y el desarrollo de sistemas de personalización de tarjetas han sido las claves que han determinado la adjudicación de este premio.El jurado de este galardón, otorgado por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio en la categoría de 'Sociedad de la Información y Tecnología de la Información y las Comunicaciones', ha valorado el esfuerzo realizado por la entidad en I+D en este campo, lo que le proporcionado una fuerte mejora de la competitividad.Fundada por Javier Pérez Aznar en 1990, esta empresa se ha convertido es uno de los líderes mundiales en la aplicación de la microelectrónica en sectores como la telefonía móvil, los medios de pago, la seguridad de las transacciones en internet así como el control de acceso físico, la firma digital o la identificación personal. Entre sus aportaciones destaca el desarrollo del sistema operativo M.MARTM y su integración en varios organismos internacionales consultivos sobre los estándares de las telecomunicaciones.