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Viernes de números negros para las tiendas de EE UU

El día de Acción de Gracias terminó ayer antes de que se acabara de enfriar el pavo con salsa de arándanos. Donde hay comercio no manda ritual y los estadounidenses empezaron en la misma noche de esta celebración familiar a honrar la del día siguiente: el viernes negro (Black Friday). La jornada comercial más enloquecida del año tiene este nombre porque hasta las tiendas que tienen números rojos logran cambiar éstos de color y lograr beneficios.

¿El truco? Muchas comercios ofrecen un limitado número de productos a precios de mercadillo. Ejemplos hay en Wal-Mart, donde se venderán un cierto número de televisores de pantalla plana LCD y 15 pulgadas por menos de 200 dólares, y en Bloomingdale's, que regala 15 dólares por cada 100 gastados el fin de semana.

Kmart, una popular aunque venida a menos tienda de descuento, abría sus puertas el mismo jueves desde las siete de la mañana a las nueve de la noche para los que no podían esperar a sus rebajas, y el viernes desde las seis de la madrugada. Algunos establecimientos de Disney también abren apenas una hora después de medianoche, y el resto lo hacen cuatro horas más tarde. Quien salga antes de las diez de la mañana con un producto Disney se lo lleva con un 10% de descuento.

Se esperan colas, problemas de aparcamiento, aglomeraciones, alguna que otra bofetada en la atolondrada carrera por lo más barato en las tiendas y poco público en la magnífica exposición temporal de dibujos de Van Gogh que muestra estos días el Museo Metropolitano de Nueva York.

Este viernes negro no es sólo el día de lo barato, sino el que inaugura oficialmente la temporada de compras de Navidad, algo que los economistas observan de cerca porque el consumo supone las tres cuartas partes del PIB de EE UU. Que las ventas reaccionen positivamente es un signo de que las cosas marchan bien.

Los analistas no esperan reveses este año a pesar de las estrecheces por las que previsiblemente pasarán los consumidores a raíz del alto precio de la energía este invierno y el impacto del enfriamiento del mercado inmobiliario. En UBS creen que será el comienzo 'de una buena temporada para los comerciantes porque todo apunta a que estas vacaciones las ganancias sean tan buenas, al menos, como las de 2004'.

El año pasado los consumidores gastaron 8.000 millones de dólares en el Black Friday. La Asociación Nacional de Vendedores Minoristas espera que este fin de semana 130 millones de personas dediquen algunas horas a las compras aunque realmente ésta no sea la jornada en que se hace más caja. Ese honor corresponde a los días previos a Navidad.

Se espera que la furia consumista se extienda al lunes. Se le conoce como Cyber Monday Ciberlunes y es cuando la mayor parte de los trabajadores aprovechan la conexión de alta velocidad de la oficina para seguir adquiriendo a través de la red lo que han visto en la tienda.

En 2004, el lunes que siguió a Acción de Gracias fue el día en que más transacciones se hicieron en internet, según VeriSign Payment, filial de Ebay de procesos de datos. De acuerdo con Shop.org, asociación de vendedores online, el 77% de sus miembros experimentan una subida sustancial de ventas con motivo del Cyber Monday. La consultora Accountemps refleja la cara negativa de la jornada: el 44% de los empresarios nota la bajada de productividad en estas fechas.

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