Democracia empresarial
Bruselas lleva seis años (cinco con el antiguo comisario europeo de Mercado Interior, el holandés Frits Bolkestein, y uno con su sucesor, el irlandés Charlie McCreevy) anunciando una cruzada contra las estructuras poco democráticas que imperan en el mundo empresarial de la UE. Bolkestein se topó con la resistencia de varias capitales europeas y McCreevy, de momento, se ha limitado a crear grupos de asesores, como el que hoy se reúne en la capital comunitaria, e iniciar procesos de consulta. Pero hace tiempo que el diagnóstico está hecho. Lo que falta es acometer cuanto antes el desmantelamiento de las estructuras que privan a los pequeños accionistas de ejercer el control que corresponde a su inversión. En Europa sigue siendo demasiado frecuente la presencia en empresas cotizadas de acciones con derecho a voto múltiple, de títulos con derecho de veto o, simplemente, de fórmulas accionariales blindadas contra el devenir del mercado. No es la mejor manera de garantizar la eficacia ni de fomentar la gestión eficaz de los directivos.