La UE eleva la presión sobre el cheque británico
Los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea se reúnen el lunes en la capital comunitaria para intentar avanzar en las negociaciones presupuestarias para el periodo 2007-2013. La impresión casi unánime es que el cheque británico es prácticamente el último obstáculo para cerrar un acuerdo en diciembre. El Gobierno de Tony Blair se enfrenta así a la petición por parte de sus 24 socios para que acepte una reducción o congelación del llamado cheque británico, la compensación presupuestaria anual que su antecesora Margaret Thacher arrancó en 1984 al grito de 'quiero mi dinero de vuelta'. Los actuales socios de la Unión consideran que, 20 años después, la situación es justo la contraria. Y, a su juicio, el cheque supone un anacronismo inaceptable que ya no está justificado ni por el nivel de renta del Reino Unido, ni por la estructura del presupuesto. Todas las capitales, salvo Londres, cierran ahora filas bajo el lema 'queremos nuestro dinero de vuelta'.
Blair, que ocupa este semestre la presidencia de la UE, ha intentado derivar las negociaciones hacia un debate sobre el reparto de gastos. Pero los ministros de Exteriores consideran que ese capítulo se encuentra casi resuelto en la última propuesta presentada en junio.
Londres vetó entonces el acuerdo definitivo aduciendo la necesidad de 'modernizar' el presupuesto comunitario para reducir el gasto agrícola y aumentar las partidas destinadas a investigación y desarrollo. El Reino Unido centra ahora sus reivindicaciones en mantener casi intacto un cheque que reduce su aportación a la UE en casi 5.000 millones de euros anuales (España aporta casi 700 millones para financiar ese cheque).
La gestión de la presidencia británica está provocando además un serio malestar. Cuando faltan apenas tres semanas para la cumbre de la UE en que debería cerrarse el acuerdo (15 y 16 de diciembre), Londres aún no ha presentado ningún documento con cifras concretas para negociar.