Sidenor, una lección
La venta de la empresa vasca Sidenor a un grupo formado por una siderúrgica brasileña, el Santander (banco sin vocación industrial) y dos ejecutivos de la empresa, siendo un gran éxito empresarial de su propietario y buen gestor, Sabino Arrieta, presenta cierta incoherencia política y social. La constitución del grupo de aceros especiales costó unos 35.000 millones de pesetas de las de entonces (hace una década) a las arcas públicas, es decir, a los ciudadanos vascos y al resto de españoles. Se privatizó, no obstante, por un precio casi simbólico mediante la venta a Arrieta, con el apoyo del PNV y del Gobierno vasco, para que la empresa estuviera en manos vascas. Unos años después, y a pesar de registrar unos beneficios excepcionales, la empresa deja de estar bajo 'control local'. Vitoria, que ha optado por no criticar la venta, debe aprender la lección y tratar de aplicar igual rasero para todos, La Naval, con el permiso de la SEPI, incluida.