Los consejeros del PP en la CNE alertan de los riesgos de la opa
Los cuatro consejeros de la Comisión de la Energía (CNE) ligados al PP (Javier Peón, Fernando Martí, José Sierra y Carmen Fernández Rozado) han presentado sendos votos particulares a la autorización de la opa de Gas Natural sobre Endesa con condiciones. Ayer por la tarde sólo se publicaron los de Peón y Sierra, quienes destacan los riesgos 'significativos' que la operación supone para las actividades reguladas y la inoperancia de las condiciones impuestas para evitarlos.
Estos miembros del consejo de la CNE advierten del cambio de criterio que ha supuesto esta decisión, aludiendo al precedente de la opa sobre Iberdrola, que la CNE rechazó en 2003.
En su voto particular, Sierra explica que se abstuvo en la votación del pasado martes a la espera del resultado del análisis que se realice de la opa en el ámbito de la competencia. Y aclara que habría votado en contra si se hubiese tratado de la autorización final de la operación.
Para este consejero, la CNE debería haber impuesto condiciones 'de mayor eficacia' como ajustar el plan de desinversiones para impedir que Gas Natural u otro grupo se convierta en distribuidor único de luz y gas en una zona geográfica. De hecho, recuerda que el propio informe de la Comisión indica que la superposición de redes de gas y electricidad da lugar a potenciales riesgos adicionales, como que la empresa realice arbitraje entre redes o entre actividades reguladas y liberalizadas, en función de sus intereses económicos; que se dé una menor transparencia sobre los costes efectivamente incurridos y se dificulte conocer los costes reales; que haya diferentes esquemas retributivos de gas y de electricidad o se produzca un desarrollo no homogéneo de las redes de distribución de gas.
El voto particular más duro con la resolución es el del vicepresidente, Fernando Martí, que considera que la autorización 'carece de una motivación suficientemente razonada y aporta fundamentos no demostrados acerca de los riesgos significativos y efectos negativos, directos e indirectos, sobre las actividades reguladas en gas y electricidad'. Y añade que la autorización supone 'un cambio radical' en el criterio seguido por la Comisión a la hora de estudiar operaciones similares. 'Este punto de inflexión se hace con la operación de mayor volumen económico y, por tanto, que más consecuencias puede acarrear para las actividades reguladas que se pretenden proteger', manifiesta.
Destaca que Endesa tiene un mayor volumen de activos que Iberdrola cuando recibió la opa, sus ratios de solvencia son peores, su nivel de endeudamiento mayor y que la calificación crediticia se verá perjudicada por el nuevo endeudamiento. También considera que el acuerdo entre Gas Natural e Iberdrola 'habría de realizarse en un momento posterior', ya que necesitará una nueva autorización por parte de los reguladores, por lo que la CNE no debería tener en cuenta los ingresos de esta venta a la hora de autorizar la opa.