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Concentración en telecomunicaciones

Telefónica podrá deducirse 11.000 millones de fondo de comercio por O2

La nueva contabilidad elimina el lastre de este activo en las cuentas, pero los beneficios fiscales persisten

La normativa nacional sobre fondo de comercio sitúa a las empresas españolas en el mejor de los escenarios, sobre todo si los activos que se compran valen el precio que se paga por ellos. Y es que Telefónica podrá deducirse fiscalmente buena parte de los 11.000 millones de euros de fondo de comercio que generará la compra de O2, sin preocuparse demasiado del impacto negativo que tendrá en sus cuentas el crecimiento de este activo intangible.

Porque ha sido justo este año cuando un incremento espectacular del fondo de comercio ya no supone una carga, al tener que amortizarlo linealmente con su correspondiente signo negativo en la cuenta de pérdidas y ganancias. La norma contable ha cambiado, pero no así la fiscal, de modo que la deducción, es decir, el efecto positivo, sí se mantiene.

Las nuevas normas internacionales de contabilidad -las famosas NIC- tienen la culpa. Hasta ahora, la normativa española obligaba a las empresas a amortizar periódicamente una parte del valor del fondo de comercio, estuviera o no deteriorado el activo que lo generó. Desde 2005, tal amortización ya no es obligatoria; basta con analizar una vez al año el estado del activo en cuestión y, si no hay que sanearlo porque sigue valiendo lo que refleja el balance, se olvida hasta el año siguiente sin ningún impacto en las cuentas.

Telefónica tiene créditos fiscales para los próximos cinco años

Esta norma cobra un valor muy importante para Telefónica, porque la compra de O2 supondrá un crecimiento exponencial de su fondo de comercio. A cierre del primer semestre computaba por 8.960 millones y con la nueva adquisición se disparará a 19.850 millones, un 122% más. La diferencia es de casi 11.000 millones, que son los que median entre los 26.000 millones que va a pagar Telefónica si la opa llega a buen puerto y los 15.113 millones de euros de valor teórico contable de O2.

Beneficios fiscales

Desde el punto de vista fiscal, el fondo de comercio sigue suponiendo un impacto positivo importante. Gracias a un cambio legislativo de 2001, la diferencia entre el precio de compra y el valor de los activos del comprado generada tras la adquisición de empresas extranjeras es deducible fiscalmente.

Es cierto que sólo bajo determinados parámetros -imputación previa a bienes y derechos subyacentes, existencia de compañías intermedias...- y siempre que los fiscalistas de Telefónica no decidan que hay otras deducciones más apetecibles y elijan otra vía de desgravación -sólo se puede optar por una-, pero el resultado es que a partir de enero tendrá cerca de 11.000 millones que añadir a su cartera de beneficios fiscales.

Según la ley, esta cantidad es 'deducible de la base imponible, con el límite anual máximo de la veinteava parte de su importe'. Es decir, si finalmente todo el fondo de comercio es deducible -probablemente alguna cantidad no lo sea- Telefónica podrá dividir los 11.000 millones entre 20 y desgravarse cada año como máximo 550 millones de la base imponible. Puesto que el tipo del Impuesto sobre Sociedades está actualmente en el 35%, el crédito fiscal anual ascendería a 192,5 millones. En total, por tanto, la operadora se ahorraría en 20 años unos 3.850 millones en tributos.

Los fiscalistas de Telefónica, sin embargo, están estudiando todas estas variables, y sólo después de un análisis en profundidad del fondo de comercio que se generará con O2 y de las distintas posibilidades de deducciones que existen divulgarán el ahorro fiscal que esperan conseguir con la operación.

Por el momento, la compañía española ha evaluado el valor presente neto de las sinergias de la compra de O2 en 3.300 millones, buena parte de ellas procedentes de las pérdidas operativas que acumula la compañía británica. Pero a esta cifra habrá que sumar las que se consigan por las deducciones de fondo de comercio, y serán importantes.

El problema para Telefónica empieza a ser la acumulación de créditos fiscales. Entre los generados por las milmillonarias pérdidas del saneamiento del negocio de UMTS en Europa, los que aporta Telefónica Móviles y los de Terra -por citar sólo unos cuantos-, la compañía tenía a cierre del año pasado casi 19.000 millones en bases imponibles negativas y deducciones pendientes de aplicar. Al 35%, esta cifra supone un escudo fiscal de 6.650 millones y, teniendo en cuenta los beneficios de Telefónica, significa que la firma no tiene por qué pagar impuestos en los próximos cinco años, y eso sin contar con O2.

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