British Airways reduce el 24% su beneficio por el alza del crudo
British Airways , socio accionista de Iberia, registró un beneficio neto de 171 millones de libras (253 millones de euros) en el segundo trimestre de su año fiscal -con cierre a 30 de septiembre-, lo que representa una caída del 24% en relación al mismo periodo del año anterior. La compañía atribuyó la merma al encarecimiento del combustible, al impacto que tuvo la huelga de sus empleados en agosto y a los extraordinarios obtenidos el pasado ejercicio con la venta de su participación en la australiana Qantas Airways.
El grupo británico incrementó la facturación trimestral en un 8,2%, hasta situar la cifra de negocio en 2.205 millones de libras (3.260 millones de euros), gracias al crecimiento del 3,7% del tráfico de pasajeros y a la revisión al alza de sus tarifas para compensar el encarecimiento del petróleo. El resultado de explotación entre julio y septiembre alcanzó los 261 millones de libras (386 millones de euros), con un incremento del 6,5%.
'Los resultados son razonables gracias a la mejora de la facturación, el coeficiente de ocupación y del yield (ingreso medio por pasajero). Sin embargo, está claro que necesitamos potenciar nuestra política de control de costes', indicó el nuevo consejero delegado del grupo, Willi Walsh. Los gastos de British aumentaron un 4,7% entre julio y septiembre, en paralelo al incremento del 2,2% de los costes unitarios.
Los costes por carburante alcanzaron en el segundo trimestre los 410 millones de libras (606 millones de euros), con un fuerte incremento del 51,3% en relación al año fiscal precedente. British mantiene su previsión de cerrar el año fiscal con un sobrecoste por combustible de 525 millones de libras (776 millones de euros). La aerolínea aplica desde septiembre una nueva subida -la quinta en menos de un año y medio- del recargo por combustible que cobra en sus vuelos de largo radio.
British cifró entre 35 millones y 45 millones de libras (entre 52 millones y 67 millones de euros) el impacto económico de la huelga que sus empleados del aeropuerto de Londres-Heathrow secundaron en agosto en solidaridad con los trabajadores despedidos por Gate Gourmet.