Respetar a América Latina
Poco puede hacer el presidente George Bush en la Cumbre de las Américas para cambiar la impresión de que América Latina sigue siendo secundaria en su agenda diplomática, y que la influencia de Washington en la zona decrece (...).
Muchos se preguntan qué puede ofrecer la Administración Bush para apaciguar a sus contrariados vecinos y mejorar la imagen de EE UU en la región (...). Pero esas preocupaciones están desfasadas (...). Puede que haya mucho ruido, pero las relaciones con América Latina están alcanzando una madurez saludable (...).
Esto no quiere decir que el presidente deba obviar los serios problemas de la región -una creciente desigualdad, la pobreza y la corrupción-. Sin afirmar que se ofrece la panacea, EE UU debería continuar predicando las bondades del libre mercado y el imperio de la ley. Pero Washington debe hacerlo de una manera tal que sea respetuoso con la soberanía de otras naciones.