Los obesos pierden peso en el Congreso de Estados Unidos
Los obesos de EE UU han perdido peso. No el que se mide en kilos, sino el que da cuenta de su influencia, y eso a pesar de que sus filas son cada vez más robustas
Los obesos de EE UU han perdido peso. No el que se mide en kilos, sino el que da cuenta de su influencia, y eso a pesar de que sus filas son cada vez más robustas. La Cámara de Representantes ha aprobado recientemente un proyecto de ley conocido como Responsabilidad Personal en el Consumo de Alimentos. Pocos conocen por este nombre este proyecto propuesto por el republicano Ric Keller. Popularmente es la Cheeseburger bill o la McBill.
Su objetivo es bloquear las 'demandas frívolas contra los procesadores, distribuidores o vendedores de comidas o bebidas no alcohólicas' interpuestas por personas obesas contra la industria de la alimentación. La Cheeseburger bill nació de la preocupación de Keller, un representante de Florida que hace tres años vio cómo varias demandas contra empresas restauradoras con planteamientos similares a los que llevaron al sector tabacalero al banquillo eran admitidas a trámite.
La iniciativa de Keller ha sido aplaudida en la Casa Blanca que cree que el sector no debe ser responsable 'porque el consumo legal de comida no adulterada se asocie con el sobrepeso o la obesidad'. Este paso en el Congreso sucede a uno anterior que ni siquiera llegó al Senado. En este segundo intento el senador republicano Mitch McConnell dice que en 2006 pasará por la Cámara alta.
El gasto sanitario asociado a la obesidad fue en 2001 de 117.000 millones de dólares, mientras el ligado al tabaquismo era de 150.000 millones
En la industria de la alimentación están satisfechos porque, aunque reconocen que la obesidad tiene categoría de epidemia tanto entre los adultos (el 64% son obesos o tienen sobrepeso) y los niños (el 16% son obesos), creen que las demandas son una forma equivocada de enfocar la cuestión por más que EE UU sea un país muy litigioso y hayan crecido los costes asociados con esta enfermedad.
Según la Oficina del Médico General, el gasto sanitario ligado a esta enfermedad en 2001 fue de 117.000 millones dólares y el coste del tabaquismo, de 150.000 millones. La fuerte subida del coste de la medicina en los últimos años sin duda habrá elevado estas sumas que son más gravosas para las poblaciones hispanas y negras, quienes mayoritariamente pertenecen a las clases media y baja, y acumulan más kilos por una alimentación, en general, más barata.
Mientras la propuesta de ley llega al Senado, se sigue sustanciando el proceso contra McDonald's que dio origen a la preocupación de Keller, allá por 2002. Entonces, dos quinceañeros acusaron a la cadena de usar publicidad engañosa para atraer a los niños a comer alimentos poco saludables y altos en grasas. Es un proceso lleno de apelaciones que no se ha resuelto pese a que McDonald's pide su archivo.
Con todo, la cadena está tratando de ofrecer una imagen cada vez más clara en este punto y se ha comprometido a que en 2006 los envoltorios de sus productos tengan 'datos nutricionales' que orienten al consumidor sobre las calorías, sodio y otros elementos que va a engullir. Es algo que ya hacen cadenas como Subway.
La McBill salió adelante por 306 votos a favor y 120 en contra. Keller no pudo votar a causa de una intervención para ponerle un marcapasos que le controle una arritmia. Su portavoz dijo que su indisposición no estaba relacionada con las hamburguesas. Y admitió: 'Pero veo la ironía'.