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Comercio

El déficit comercial sigue disparado pese a mejorar las ventas extracomunitarias

El déficit comercial español rozó los 50.000 millones de euros entre enero y agosto, un 34% más que el año anterior. Las exportaciones crecen tres veces menos que las importaciones, en buena medida por la debilidad de la economía europea: las ventas con destino a la UE sólo crecieron un 1,9%, mientras las destinadas al resto del mundo lo hicieron un 9,6%.

El déficit comercial español -la diferencia entre el valor de las importaciones y las exportaciones realizadas por el conjunto del país- sumó entre enero y agosto 49.593 millones de euros, un 33,6% más que en el mismo periodo del año anterior. El incremento del agujero se explica por el diferencial de crecimiento entre las ventas y las compras: las exportaciones crecen a un ritmo del 3,9% interanual, menos de la cuarta parte que las importaciones (12,2%).

El impulso importador es una consecuencia razonable del crecimiento de la economía española: con un PIB que avanza por encima del 3%, la demanda interna lleva a buscar productos que mantengan el avance de la locomotora económica. Además, buena parte de ellos acusan el encarecimiento de las materias primas, sobre todo el petróleo. Así, las importaciones de productos energéticos costaron casi un 40% más entre enero y agosto que en el mismo periodo de 2004, y la rúbrica de las materias primas, un 17,5%.

Pero la parte más oscura del dibujo corresponde a las exportaciones: en términos de valor, avanzan a un ritmo interanual inferior al 4%, a todas luces insuficiente para compensar el aumento de las importaciones. Así, entre enero y agosto España compró mercancías del exterior por valor de casi 150.000 millones de euros, mientras vendió algo menos de 100.000. Esta relación de 2 a 3 (la tasa de cobertura -cociente entre exportaciones e importaciones se sitúa exactamente en el 66,6%) era de 3 a 4 hace apenas tres años, lo que refleja la preocupante tendencia del sector exterior español. Con estos mimbres, y en una etapa en la que el superávit turístico decrece debido al mayor volumen de salidas de los españoles al extranjero, el sector exterior detrajo el año pasado 1,8 puntos al crecimiento del Producto Interior Bruto.

Hacia la diversificación geográfica

La nota difundida ayer por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, en la que se contienen estos datos, destaca el avance de las exportaciones hacia países ajenos a la Unión Europea. En el periodo que va entre enero y agosto las ventas con ese destino crecieron un 9,6%, más del doble que la cifra global. El Gobierno sitúa la actual debilidad de los principales socios comerciales de España (sobre todo, Alemania y Francia) entre las explicaciones a la atonía exportadora, y por ello está poniendo en marcha nueve planes específicos para explotar destinos con amplio margen de mejora, como Estados Unidos, Marruecos, China o México.

A tenor de las cifras actuales, el empeño diversificador tiene sentido: aunque las exportaciones a Francia crecieron un razonable 6%, las destinadas a Alemania sólo lo hicieron un 3,4%, y a Portugal, un 1,6%. El caso más alarmante es el de Italia, hacia donde las empresas españolas vendieron un 5,9% menos que el año anterior. Con unas ventas hacia España que crecen cerca del 40% anual, China (uno de los objetivos del Gobierno) se ha convertido ya en el segundo país con el que España tiene más déficit comercial, sólo superado por Alemania.

En la distribución por materias, el epígrafe más débil es el del automóvil, un sector que representa la quinta parte de las ventas totales al extranjero: las exportaciones de vehículos terminados cayeron entre enero y agosto un 7,7%, mientras que las de componentes sólo crecieron un 3%. Tampoco tuvieron un buen comportamiento las exportaciones de bienes de consumo duradero (retroceso del 0,4%) ni las de manufacturas de consumo (caída del 1,6%). En este epígrafe, las mayores caídas de ventas correspondieron al calzado (6,6%) y a los juguetes (7,9%).

En el ámbito de las importaciones, todos los sectores registraron aumentos interanuales. Además de la energía y las materias primas, las mayores subidas se centran en sectores asociados a la inversión, en consonancia con el repunte de esta partida en la economía española. Así, las importaciones de bienes de equipo, que suponen la cuarta parte del total, crecieron un 14,4%, y las de semimanufacturas (21,2% del total), un 8,2%.

Dos euros vendidos por cada tres comprados

Las cifras de comercio exterior publicadas ayer reflejan una caída notable de la tasa de cobertura: el cociente entre exportaciones e importaciones era hace apenas tres años del 76% (una relación de tres a cuatro, aproximadamente). Hoy, esa relación es exactamente de dos a tres: con un 66,6% de tasa de cobertura, España compra en el exterior por un valor de tres euros por cada dos que vende en el extranjero.

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