El Abbey lanza un plan para arañar cuota a los cuatro primeros bancos británicos
El Santander celebró ayer el aniversario de la compra del Abbey con la presentación de un ambicioso plan estratégico a tres años. Cuando está a punto de cumplirse un año de esta adquisición, realizada el pasado 12 de noviembre, el Santander asegura que, tras haber conseguido frenar la caída de los ingresos del Abbey, ha llegado el momento de impulsar la actividad comercial.
Su objetivo es ganar cuota de mercado y entrar en nuevos segmentos de negocio. 'Queremos dejar de ser un banco de hipotecas para convertirnos en un banco universal', afirmó ayer el consejero delegado del Santander, Alfredo Sáenz. El propósito del Santander es que el Abbey registre un crecimiento acumulado de los ingresos de aquí a 2008 del 5% al 10%. En los nueve primeros meses, el Abbey aportó al grupo un beneficio de 492 millones, un 12% del total.
'Tenemos una visión clara sobre lo que queremos hacer. Queremos ser el mejor banco del Reino Unido. Esto supone tener la mejor calidad del servicio, fidelizar a los clientes y poder hacer a la entidad eficiente', explicó Francisco Gómez Roldán, consejero delegado del Abbey. Una meta que no implica seguir las pautas marcadas por sus competidores, como el HSBC, Royal Bank, Barclays y HBOS, sino importar el modelo de negocio del Santander, una de cuyas principales señas de identidad es la agresividad comercial.
El primer paso en este giro será la búsqueda de nuevos clientes en segmentos de negocio en los que el Abbey, líder en hipotecas con una cuota del 10%, tiene presencia testimonial. Entre ellos, las cuentas corrientes, con una campaña que ofrece cuentas y depósitos al 6%, los préstamos al consumo y los productos de inversión y de pensiones, además de nuevos negocios, como la banca de empresas y la financiación de automóviles.
El Santander avanza en los planes que se marcó a principio de año: lograr sinergias de costes de 300 millones de libras hasta 2007, de los que ya ha conseguido un tercio en un año, y situar su eficiencia (parte de los ingresos que absorben los gastos) en 2008 en el 45% frente al 64% actual. El grupo ha eliminado ya 4.000 empleos y no descarta nuevos recortes menores. La filial británica cuenta con 20.939 trabajadores y 714 oficinas, unas cifras que contrastan, por ejemplo, con el reparto de estas dos variables en España. Aquí, el grupo tiene una plantilla de 19.124 empleados y 2.597 sucursales.