Estrecheces en la banda ancha
Internet El ADSL de Telefónica es el que más se acerca, pero el cable de Auna se queda en la mitad
Las hay que se acercan más y otras que se quedan directamente a medio camino, pero ninguna de ellas cumple lo anunciado. Las velocidades reales que reciben los usuarios de banda ancha, ya sea a través de ADSL o de cable, tienen poco que ver con las capacidades que supuestamente se contratan. Telefónica es la que más se acerca, pero aun así los usuarios disponen sólo de una media del 83% de la capacidad ofrecida. Peor parada sale Auna. Sus clientes de cable cuentan con poco más de la mitad de la velocidad anunciada.
Así lo demuestra un informe de la Asociación de Internautas, con 215.040 mediciones realizadas entre el 1 de diciembre de 2004 y el 30 de abril de este año. Para hacer comparable la medición, la asociación ha tomado la velocidad ofertada más extendida entre operadoras y clientes, que se convierte en la más homologable. Y es que, a pesar de los lanzamientos de ADSL a dos, cuatro o 20 megas que tanto se han repetido entre las telefónicas alternativas en los últimos tiempos, la gran mayoría de los usuarios contrata la oferta básica de todas las compañías: 512 Kbps en ADSL y 600 Kbps en el cable.
Sobre estas capacidades se ha hecho el estudio, con una media ponderada hora a hora de la velocidad de descarga y un resultado diario, ya que sólo estas ofertas permiten disponer de un volumen de mediciones suficiente para que la muestra sea representativa.
El compromiso de caudal garantizado es sólo del 10% de la cifra contratada
Una de las principales conclusiones del estudio es que el ADSL es más rápido que el cable y que esta máxima se convertirá en cada día más cierta a medida que esta última tecnología vaya ganando adeptos. La explicación es que en el cable los usuarios comparten la infraestructura, mientras que en el ADSL cada uno de ellos tiene una línea dedicada hasta la central.
Por eso, las cuatro operadoras que se han estudiado dentro de la tecnología ADSL dan resultados bastante similares. Es verdad que Telefónica es la que más velocidad ofrece, pero la que menos da, Wanadoo, está a cinco puntos porcentuales, con una media diaria del 78% sobre la velocidad publicitada.
El salto se produce cuando se observa a las operadoras de cable. Ono está a 20 puntos porcentuales de Telefónica y a casi 40 de cumplir con lo que oferta. Su media diaria es del 62,99% y eso que es la mejor de las dos empresas estudiadas. Auna, su compañera de tecnología, no llega al 54%, ni siquiera en su pico máximo de media horaria.
La diferencia entre la velocidad real y la anunciada en las ofertas no es punible para las operadoras. Todas las publicidades y los contratos de los clientes hacen hincapié en que las capacidades son máximas y en la letra pequeña avisan de que hay multitud de factores que reducirán el caudal final que se reciba. Entre los condicionantes, y según fuentes cercanas a las operadoras, está desde el número de usuarios conectados al mismo tiempo hasta la lluvia, ya que algunos de los enlaces son por radiofrecuencias y las condiciones meteorológicas les afectan.
De hecho, el compromiso de la mayoría de las telefónicas se limita al 10% del caudal. Es verdad que casi nunca la capacidad real baja hasta ese punto, pero también que mientras no lo haga las operadoras se lavan las manos.
Y si alguien necesita un caudal garantizado más alto tendrá que sacar la chequera. Productos que comprometen un mínimo más alto están a la venta, pero a precios superiores.
A la espera de datos del 'ADSL alternativo'
En la muestra de la Asociación de Internautas no está el famoso ADSL alternativo de las nuevas operadoras y sus velocidades de multitud de megas. Pero es que sólo hay 361.000 usuarios que dispongan de esta conexión en España, ya sea de un mega o de 20, así que es prácticamente imposible llegar a una muestra representativa y fiable por volumen. Del otro lado, los clientes que usan el ADSL de Telefónica o de sus rivales, como minoristas, o el cable, superan ya los cuatro millones. En cualquier caso, es posible que con las velocidades más elevadas -20 megas- la diferencia entre la publicidad y la realidad sea incluso mayor, ya que los condicionantes externos se disparan.