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Barómetro Empresarial Cinco Días-Metroscopia

Las empresas ven más urgente la reforma laboral que la fiscal

Los empresarios ponen más énfasis en los cambios laborales que en los fiscales

España necesita reformas. Los empresarios consideran de forma abrumadoramente mayoritaria (ocho de cada diez) que la economía española necesita con urgencia cambios laborales y fiscales para poder mantener su capacidad de crecimiento económico y generar empleo. Así lo revela la oleada de octubre del Barómetro Empresarial Cinco Días elaborado por Metroscopia, en la que el 78% de los consultados sostiene que ambos cambios normativos (laboral y fiscal) son muy necesarios.

No obstante, establecen una suerte de prioridades que no admite duda alguna. La predilección empresarial se decanta por las reformas de carácter laboral, a pesar de que en los últimos años se han producido sucesivos ajustes normativos en esa materia y pese a que los resultados cuantitativos del mercado de trabajo son muy positivos en los últimos años.

Si hubiese que priorizar en la ejecución de las reformas económicas, los empresarios consultados por Metroscopia prefieren, en un 58% (seis de cada diez), la reforma laboral antes que la de carácter fiscal.

División de opiniones sobre cómo será el año 2006 para la economía

No obstante, tampoco es despreciable el número de empresarios (uno de cada tres) que considera prioritaria la reforma de la fiscalidad empresarial para explotar el crecimiento económico. Hay que destacar que una pequeña proporción de los encuestados (un 5%) estima que las reformas deben afrontarse con similar urgencia. Un análisis de las respuestas detalladas revela que el sesgo hacia la reforma laboral está más implantado en el comercio, los servicios y la construcción, actividades donde el componente de mano de obra y su coste tiene un peso relativo superior al del sector industrial y manufacturero. Por contra, es precisamente la actividad manufacturera y la de servicios la que da también un peso importante a la urgencia de la reforma de los impuestos, ya que en ambas cuestiones quiere introducir modificaciones el Gobierno.

Esta demanda generalizada de reformas laborales y fiscales es consecuencia directa de un significativo deterioro del tono vital de la economía (una especie de estado de ánimo de los empresarios sobre la actividad económica general, sectorial y particular) y de las expectativas para los próximos meses, que se encuentran en los valores menos optimistas de los dos últimos años.

Como muestra de este deterioro de las expectativas económicas, sirva la nota que los empresarios otorgan a 2006 cuando se les pregunta si creen que será 'un año bueno o malo para la economía': 4,95 en una escala de cero a 10. No obstante, valoran mejor el año para su empresa (5,46), especialmente en los servicios y la construcción. Prevén aún una mejora del comportamiento de la inversión, pero no tanto de los beneficios y el empleo, empujados por el pesimismo de la industria y el comercio.

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