La Bolsa corrige, pero afronta sin miedo el alza de los tipos
Las alarmas inflacionistas han cambiado en menos de tres semanas el panorama financiero.
Las alarmas inflacionistas han cambiado en menos de tres semanas el panorama financiero. El temor a mayores subidas de las tasas oficiales en Estados Unidos y a que el Banco Central Europeo adelante las alzas ha sido un jarro de agua fría sobre unos mercados que, para muchos, pecaban de excesiva complacencia a cuenta de la enorme liquidez existente y de la abundancia de operaciones corporativas. Los expertos confían en que las subidas estén descontando un escenario de mejora económica. Creen que los tipos no se irán muy arriba y las alzas serán graduales, lo que mitigará el impacto tanto en la renta variable, como en la renta fija o en el mercado inmobiliario.
La preocupación, no obstante, mantiene en alerta a los mercados financieros y está recortando las cotizaciones, con considerables tomas de beneficios en las Bolsas. De hecho, el Ibex ha perdido desde el pasado 6 de octubre, cuando la autoridad monetaria europea sembró la alarma, más de un 4%, hasta dejar el índice en los 10.368 puntos.
Pese a que reina la incertidumbre, los analistas bursátiles insisten en que esto no es un punto de inflexión, que la renta variable sigue siendo el activo más atractivo ante la falta de alternativas y la escasa rentabilidad de los bonos y que aún cuenta con recorrido para lo que queda de año. Recomiendan, no obstante, no tomar decisiones precipitadas. El nuevo escenario anticipa una fase más volátil y errática y exige mucha más cautela por parte de los inversores a la hora de calibrar el destino de sus ahorros.
Las páginas que siguen analizan qué sectores y que compañías del Ibex son más sensibles al nuevo escenario monetario y cómo afectara el cambio de sesgo en los tipos a otros mercados.
Entre los más vulnerables se encuentra el inmobiliario. Los expertos creen que el encarecimiento de las hipotecas hará que se resientan ciertos segmentos de la demanda y eso puede moderar aún más la subida de los precios. No obstante, nadie prevé un frenazo ni un pinchazo en la vivienda, siempre y cuando no cambie el panorama macroeconómico y no se deteriore la inflación y el empleo.