Acuerdo en la carretera
El Ministerio de Fomento logró ayer desactivar el conflicto de los transportistas en una rápida negociación que se ha cerrado en el segundo día de paro general. Esta movilización, que en algunas comunidades autónomas había cumplido una semana, empezaba a provocar desabastecimientos de algunos productos básicos en ciertos lugares, con la consiguiente alarma social, y la paralización de fábricas.
La crisis de los transportistas, asfixiados por los altos precios de los combustibles, no tiene soluciones sencillas, pero de la negociación han salido un catálogo de 40 medidas que supone un balón de oxígeno para un sector clave para la economía nacional. El acuerdo abarca ayudas fiscales (a través del IAE, el impuesto sobre las primas de seguro y una compensación por el llamado céntimo sanitario de la gasolina) y otras medidas largamente esperadas, como la prejubilación por enfermedad, la prohibición de labores penosas como la carga y descarga y, sobre todo, mayores controles sobre el fraude. Otra parte de la solución llegó con el acuerdo entre los transportistas y los cargadores para una revisión de los precios más que razonable.