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Secretos de despacho
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Sentido común en The Body Shop

La obsesión de Carmen Almagro, granadina, de 59 años, es que el entorno de trabajo sea agradable para ella y para los que trabajan en la compañía que dirige, The Body Shop. Considera que el espacio en el que se trabaja es un elemento más a la hora de motivar a la plantilla. Cuenta que tardó más de un año en encontrar ese lugar idóneo, que debía reunir una serie de requisitos: céntrico, con servicios y comercios alrededor, bien comunicado, luminoso y amplio. 'Todo esto influye en el ánimo. No quería una oficina que estuviera en medio de la nada. Porque la gente cuando está a gusto rinde mucho más'. Un objetivo que ella persigue desde 1986, año en el que importó a España el negocio de The Body Shop.

Recuerda que la primera vez que vio una tienda de cosmética de este tipo fue en el mercado londinense de Covent Garden. Y quedó fascinada. 'Era un mundo en el que las mujeres no podíamos tocar ni probar el producto que íbamos a comprar. La compra era una ciencia oculta. Además era más barata porque el envoltorio era muy sencillo. El 60% del precio que pagamos por una crema es por el envoltorio'. No lo dudó. Compró varios productos, que tenían la peculiaridad de que estaban elaborados con ingredientes naturales, comprobó que funcionaban y decidió proponer a la fundadora de la compañía, Anita Roddick, la idea de abrir línea de negocio en España. En estos momentos tiene abiertas 90 tiendas que emplean a más de 500 personas. Estudió Filosofía y Letras y asegura que no se considera ejecutiva, sino una persona con intuición. 'Yo no creo en la titulitis, sino en que te guste lo que haces y en el afán de mejorar. Vender es un arte, y como no te guste es algo imposible de llevar a cabo', señala Almagro. Es una mujer sencilla, vivaracha, inquieta, se mueve constantemente y transmite seguridad y firmeza en lo que dice: 'Cuando decidí meterme en esta aventura asumí un gran riesgo, pero, si crees en lo que haces, sales adelante'.

Acostumbra a trabajar unas 12 horas al día, además de los constantes viajes que lleva consigo su cargo. 'Jamás me he planteado el número de horas que trabajo, mientras que el cuerpo aguante seguiré. En Europa consideramos que cumplir años es un inconveniente, algo que en Estados Unidos no se tiene en cuenta. Es más, la experiencia es un grado y hay muchos empresarios estadounidenses que inician sus negocios cuando ya son maduros'.

Carmen Almagro trabaja en un despacho amplio, luminoso y repleto de objetos y recuerdos de trayectoria profesional. Desde fotografías de la reina Sofía con bolsas de The Body Shop en la mano a fotografías de los distintos proyectos de ayuda a Nepal, Brasil o India. 'Estamos muy concienciados con ayudar a países y zonas en vías de desarrollo. Por ejemplo, utilizamos ingredientes de esas zonas, como la nuez de Brasil, y se los compramos a precio de primer mundo, lo que les permite a una serie de comunidades vivir dignamente'.

Al lado de su mesa de trabajo tiene un collage de un poblado de Brasil, donde se recoge la nuez que utilizan para elaborar productos de cosmética. También muestra con orgullo un premio de medio ambiente, 'te hace mucha ilusión, porque es un reconocimiento al esfuerzo que has hecho'. Ahora ya se ha acostumbrado a recibir galardones, pero recuerda que el primer premio que le concedieron, por la primera tienda que abrió en España, situada en el madrileño centro comercial de La Vaguada, no acudió a recogerlo. 'Pensé que era una broma porque no entendía que nos dieran un premio. Ahora los recojo todos'.

Explica que, aunque no ejerce como directiva, el secreto para triunfar en los negocios está en saber delegar y organizar. 'Con orden y organización se trabaja menos que si eres desordenado. Y siempre hay que cumplir los objetivos'. Todos los lunes se reúne con su equipo para ver cómo funciona el negocio y en qué pueden mejorar. 'Corregimos errores para convertirlos en aciertos. Cuando caminas con un equipo, hay que ir paso a paso para luego adelantar e ir más deprisa'.

El mar le calma los nervios

Al entrar en el despacho de Carmen Almagro sorprende la colección de barcos que exhibe sobre una mesa. Navegar es su gran afición. No tiene barco propio, sino que cada verano alquila uno para realizar algunos de sus apasionantes viajes por Grecia, Croacia o las Baleares. 'Mirar los barcos, si tengo un mal día, me ayuda a visualizar los momentos buenos que he vivido en el mar. Es una gran terapia porque me acuerdo de las buenas cosas', afirma.Muy cerca tiene una reproducción en papel maché de una de las meninas de Velázquez. 'Me gusta porque le da un punto español al despacho, sobre todo cuando vienen las visitas extranjeras', afirma Almagro, que no olvida su faceta de ama de casa y de madre de tres hijas. 'Llevar una casa es como dirigir una empresa. Las amas de casa son las mejores en manejar un presupuesto'.

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