Ángeles de los negocios, una profesión de altos vuelos
Crece el interés y el número de plataformas que ponen en contacto emprendedores con inversores
En el mundo de los negocios es más que habitual que sobren ideas para desarrollar proyectos innovadores y falte financiación para materializarlos. En un intento de frenar la pérdida de capacidad intelectual y además obtener una rentabilidad financiera del proyecto se pusieron en marcha hace años unas redes cuyo objetivo era servir como punto de encuentro entre inversores y emprendedores. Nacidas en EE UU bajo la denominación de business angels networks, en clara alusión al papel de salvadores que para muchos constituye la aparición de un inversor, en 2003 llegaron a Europa de la mano de la escuela de negocios IESE y el Cidem.
Con muchas similitudes con el capital riesgo -tan en boga en estos días- el papel que desempeñan estas plataformas de comunicación entre personas con capacidad de inversión, conocimiento y experiencia y emprendedores que buscan financiación aumenta al tiempo que crece el número de redes de ángeles de los negocios. 'Uno de los déficit que existen es que muchos de los emprendedores no tienen la formación adecuada, por eso desarrollamos un planteamiento al final del cual surgió la posibilidad de crear la red de business angels del IESE', explica Juan Roure, profesor del departamento de Iniciativa Emprendedora de esta escuela de negocios.
Desde entonces, esta escuela organiza foros con periodicidad trimestral cuyo objetivo es dar a conocer los proyectos que necesitan financiación. Para ello, cada nueva iniciativa se somete a análisis y si es seleccionado se presenta en las reuniones que organiza el IESE. 'El objetivo es lograr que se muestren 10 iniciativas distintas en cada foro', añade Roure, quien explica que después los inversores son libres de establecer negociaciones con el emprendedor del proyecto que les interesa.
Una muestra del interés que despiertan estas redes es que, según Roure, el número de inversores está aumentando. 'Ya tenemos 70 en Madrid y otros 70 en Barcelona y estamos captando nuevos futuros accionistas'.
Martín García Vaquero es otro ejemplo del potencial que presenta esta actividad. Apunto de poner en marcha uno de estos foros, bajo el nombre de Foro de la Innovación y Business Angels, este profesional sostiene que aunque hay que ser selectivo hay muchos proyectos con posibilidad de éxito. 'Se trata, además, de que el inversor no sólo aporte financiación sino también conocimientos y experiencia profesional, lo que los diferencia de los clubes de inversión al uso', señala García Vaquero, que prevé atraer proyectos de biotecnología y tecnología a esta fundación.
Desde 30.000 y hasta 500.000 euros, el abanico de aportaciones es variado. 'La ventaja que tenemos es que mientras los grandes operadores del capital riesgo están buscando y apostando por proyectos más fuertes, nosotros tenemos la posibilidad de sacar partido a otros más pequeños que ofrecen muchas y muy buenas expectativas', explica Luis Martín Cabiedes, uno de los inversores habituales de la red del IESE con siete proyectos a sus espaldas. 'Otra ventaja es que el capital riesgo ha abandonado los proyectos iniciales por lo que el recorrido que ofrecen estas nuevas iniciativas es habitualmente muy grande', añade este accionista recurrente que señala que en el resto de características (tiempo de permanencia de entre tres y siete años y rentabilidad media anual esperada del 25%) son comunes a lo que en el sector se denomina private equity.
Entre la química personal y los contactos
La experiencia, desde otro lado, se deduce es positiva. 'Permite que no te sientas solo en el proyecto y te aporta la confianza y la experiencia que da el haber desarrollado toda una carrera en el mundi de los negocios', explica Josep Arroyo, un emprendedor de 41 años que fundó su primera empresa con 19 años y que en 2003 puso en marcha Alterian, distribuidora de soluciones de bases de datos para departamentos de marketing, en 2003 pero que hace unos meses y tras necesitar financiación adicional recurrió al IESE. En uno de estos foros, Martín Cabiedes se cruzó en su camino. Desde entonces es su ángel de los negocios particular. 'Otro valor añadido que aporta el business angels son los contactos y los negocios paralelos', añade Arroyo, para quien la química personal entre inversor y emprendedor es fundamental.
La vocación con la que el inversor entra en el proyecto varía. Así lo reconoce otro de los emprendedores, ex alumno del IESE, que recurrió a esta red para poner en marcha Tecnoartes, dedicada a fabricar generadores eléctricos alimentados por biogás, biodiésel o gas natural, mediante la utilización de microturbinas. 'Tenemos tres inversores externos, una entidad financiera, una universidad y una red de business angels y con cada uno tenemos una relación diferente, con unos la permanencia está pactada, otros tienen posibilidad de permanencia en función del desarrollo del proyecto', explica Jesús Artés de Arcos, director general de Tecnoartes. Estas iniciativas de desarrollar redes de ángeles de los negocios no se dan solamente en el sector privado. En la Comunidad de Madrid, ya existen proyectos de carácter institucional con vocación de enlazar emprendedores con inversores.
Esade busca pequeños inversores en tecnología
Entrar en el capital de una empresa de base tecnológica, prometedora pero con necesidad de financiación, estuvo acotado a grandes fortunas, multinacionales, fondos y entidades de capital riesgo durante la época de la burbuja. Hoy, bolsillos más modestos están invitados a colaborar en el nacimiento de este tipo de compañías a partir de unos 100.000 euros. Aunque una menor aportación no quiere decir que dejen de mirar si el emprendedor ha involucrado su capital en la empresa o la prueba piloto de sus productos, informa Javier F. Magariño.La escuela de negocios Esade reunirá a emprendedores e inversores de todo calibre en Madrid el próximo 1 de diciembre. El acto ha despertado el interés de los mecenas tradicionales, pero está abierto a todos los interesados en general. El Fórum de Emprendedores de Tecnologías Emergentes, que es como ha sido bautizada la iniciativa, se ha focalizado en captar iniciativas en campos como la comunicación, movilidad, biotecnología, energías renovables y otras tecnologías emergentes.Una vez cerrada la admisión de proyectos, entre seis y siete pasarán los filtros de un comité de valoración y llegarán a manos de los inversores. 'El valor para el emprendedor es doble porque se encontrará con quienes tienen el capital y con los grandes jugadores del sector tecnológico', comenta Joan Riera, responsable del Trampolín Tecnológico de Esade. En este sentido, Esade ha involucrado a firmas como HP, Microsoft o Vodafone, 'interesadas en conocer la visión de quienes serán sus clientes, socios o se integrarán en sus grupos en el futuro'.La escuela mantiene abierto el plazo para la inscripción de inversores hasta el 13 de noviembre.