Consumo de oxígeno para mejorar salud y belleza
No es únicamente básico para la vida. La salud, el aspecto de la piel, la calidad del sueño o la capacidad para luchar contra el estrés pueden depender del consumo y asimilación de oxígeno por parte del organismo. O al menos hacerlo en las cantidades precisas para intentar compensar el paso del tiempo, la herencia genética y la agresión de diversos agentes externos como la contaminación medioambiental, la excesiva exposición al sol, los medicamentos y el consumo de tabaco.
En el pasado, la oxigenoterapia estaba unida a tratamientos médicos centrados en problemas respiratorios, alérgicos y circulatorios, como consta en la historia de emblemáticos balnearios a los que únicamente podían acudir los más privilegiados ciudadanos. Pero ahora esa técnica ha dejado de pertenecer de forma casi exclusiva al ámbito de la medicina para entrar en el más amplio mundo del wellness, por lo que está presente en hoteles, spas y centros de belleza.
La aplicación de oxígeno sin fines estrictamente médicos tiene además en la actualidad varias vertientes: desde su uso para el relax y el confort psíquico a la relacionada con programas destinados a retrasar los efectos del envejecimiento, entre otras metas estéticas.
Piel
Ahora el tratamiento con oxígeno más demandado es el que tiene como fin la asimilación adicional de este elemento para restaurar la piel, cuando ésta lo va perdiendo por el paso del tiempo y por el impacto de los factores agresivos. Como dato orientativo se calcula que a los 40 años, en el medio urbano, la piel conserva sólo el 50 % de la cantidad de oxígeno que almacenaba cuando era más joven. Esta reducción es una las circunstancias que provoca que la epidermis presente aspecto cansado y desvitalizado.
The Wax, compañía que está instalada en diversas ciudades españolas, es uno de los lugares en los que se intenta atacar con la oxigenoterapia los detonantes del deterioro de la piel y el estrés. Y se puede optar por dos vías: la inhalación o los tratamientos faciales. Según Belén Gómez, que dirige uno de lo centros de The Wax en Madrid, cuando una persona, hombre o mujer, les demanda terapia para la piel en base al oxígeno se le hace, en primer lugar, una diagnóstico de sus necesidades en función de la situación de su piel.
'Se le puede aplicar un tratamiento en el que se une la hidratación, la aplicación de vitamina C, más el oxígeno'. Como consecuencia, añade, la piel queda más lisa (se reducen las líneas de expresión y las pequeñas arrugas), más uniforme y, por tanto, con mejor aspecto. Aunque la elección del programa concreto (no sólo es posible elegir el anteriormente descrito), sí puede estar influida por la edad del cliente, la necesidad oxigenar la piel es general, subraya Belén Gómez.
La otra vía, la inhalación (a través de mascarilla o conos que se introducen en la nariz, con una duración de 10 a 15 minutos) suele ir acompañada de masajes. Y Belén Gómez añade que, al mejorar el nivel de bienestar, también tiene un impacto positivo en el aspecto exterior.