Los expertos se muestran escépticos sobre las reformas en Alemania con la coalición
Con cinco millones de parados y un déficit presupuestario de más de 50.000 millones de euros en 2006, Alemania necesita reformas urgentes, y ese es el reto del gobierno de coalición CDU-SPD formado en torno a Angela Merkel. Ese es el pronóstico en el que coinciden todos los expertos económicos competentes. Pero tras el reparto de competencias acordado por los dos grandes partidos y el esbozo del programa de gobierno de la gran coalición presentado por la democristiana Merkel, nadie espera grandes reformas porque poco queda del programa electoral de la CDU/CSU.
El jefe del Instituto alemán de Investigación Económica (DIW), Klaus Zimmermann, se muestra escéptico: 'No parece que se vaya a registrar el esperado cambio en la política económica. Me temo que imperativos económicos, muchas veces estigmatizados como posiciones neoliberales, pasen a segundo plano, incluso todavía más que con el anterior Gobierno.' El SPD ocupará, de hecho, todos los ministerios en los que la CDU/CSU contemplaba grandes reformas.
En cuanto al programa de Gobierno esbozado, Merkel ha cedido: no gravará las pagas extras por días festivos y trabajo nocturno, ni tocará el modelo de autonomía tarifaria actual. Habrá una reforma fiscal y simplificación del sistema impositivo 'para conseguir mayor transparencia, eficacia y justicia'. El eje del próximo Gobierno será la política financiera y la reforma del sistema federal (reordenamiento de las finanzas entre el Estado y los länder). La precariedad financiera le obligará a eliminar subvenciones (entre ellas, la ayuda a la compra de vivienda propia, las deducciones fiscales por desplazamientos al trabajo, subvenciones agrarias).
Para el director del Instituto de Economía alemana, Michael Hüther, ahora se trata de reducir los costes laborales no salariales (cotizaciones por desempleo, jubilación, asistencia sanitaria) y aplicar los acuerdos de la cumbre de empleo de marzo de 2005.
Además, muchos políticos socialdemócratas mostraron ayer su insatisfacción tras el acuerdo logrado en Alemania para que Angela Merkel sea canciller en un gobierno con seis ministros de la CDU y ocho del SPD, y llegaron a cuestionar la competencia de mando de la futura canciller. El presidente del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), Franz Müntefering (que podría ser vicecanciller y ministro de Trabajo y Asuntos Sociales) ha advertido que la canciller no deberá tomar decisiones sin la aprobación del SPD. Incluso el jefe de la CSU, Edmund Stoiber, ha declarado que en una alianza entre dos socios casi iguales no existe un 'derecho de poder directivo clásico'.
Los dos grandes partidos negociarán durante un mes el programa del nuevo Gobierno; pero el SPD ha subrayado que ni siquiera el acuerdo alcanzado de formar una gran coalición es definitivo.