El Banco de Construcción de China hace la mayor OPV del mundo en cuatro años
La entidad financiera de China pondrá en el mercado 26.486 millones de acciones a un precio entre 1,8 y 2,2 dólares de Hong Kong. La expectación entre los inversores extranjeros es muy elevada.
La oferta pública de venta (OPV) que va a realizar el Banco de Construcción de China a finales de mes (está prevista para el día 27 o 28) va a pasar a ser la mayor de las realizadas en el mundo en los últimos cuatro años. La oferta de la entidad financiera se eleva a 7.680 millones de dólares (6.391 millones de euros), que serán repartidas en 26.486 millones de acciones (el 12% de su capital). En Asia no se había visto una colocación en Bolsa tan elevada desde la de NTT Docomo en 1998, que fue de 15.632 millones de euros. También es la más alta del mundo desde junio de 2001, cuando Kraft Foods sacó al mercado 7.273 millones de euros en acciones.
La OPV del Banco de la Construcción de China, cuyos títulos serán colocados entre 1,8 y 2,2 dólares de Hong Kong, ha generado bastante expectación entre los inversores institucionales. Tim Leung, de IG Investment, señaló ayer que el interés es muy fuerte debido a que probablemente el valor sea incluido en uno de los índices internacionales de MSCI. Más de 3 billones de dólares de fondos están referenciados a este tipo de índices.
China Internacional Capital, Morgan Stanley y Credit Suisse van a ser los bancos colocadores de la oferta. Los analistas esperan que la demanda de los inversores institucionales sea fuerte debido, también, a su interés por penetrar en el sector bancario chino ante su total liberalización para finales de 2006.
HSBC, Citigroup, Deutsche Bank, Bank of America y Royal Bank of Scotland han anunciado ya algunas operaciones con los cuatro grandes bancos estatales chinos y con algunos pequeños de las ciudades. Los inversores extranjeros podrán adquirir un máximo del 20% del capital del banco chino, y en cualquier caso, la inversión foránea total no superará el 25% del valor de la entidad, según establece la ley china.
Esta limitación contrasta con lo que ocurrió hace décadas en Japón y Corea del Sur, cuando los inversores extranjeros pudieron hacerse con entidades financieras al completo que después reformaron para maximizar los beneficios.