El Gobierno persigue el máximo apoyo de los grupos minoritarios
204 es la cifra mágica. Son los apoyos parlamentarios a los Presupuestos de 2006 que puede conseguir el Gobierno en el supuesto de que las negociaciones en curso con los distintos grupos prosperen. El PSOE se reunió ayer con el PNV para sentar las bases del acuerdo y ambas partes quedaron en intercambiar documentos sobre las inversiones previstas en infraestructuras en el País Vasco. Mañana, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero recibirá en La Moncloa al vicepresidente de la Xunta gallega, Anxo Quintana, en un encuentro que precederá a la negociación pendiente entre el PSOE y el Bloque Nacionalista Gallego para sellar el pacto presupuestario.
Si el desenlace que tenga mañana el Estatuto catalán no repercute sobre el principio de acuerdo alcanzado por el Gobierno con Esquerra Republicana, puede anticiparse que estos serán los Presupuestos que llegan al debate parlamentario con mayor volumen de apoyos previos. Queda por despejar la parte de la negociación más ruidosa, con el correspondiente trasiego de las enmiendas parciales pero, al mismo tiempo, la menos complicada debido al amplio margen de maniobra que el Gobierno se ha reservado en las partidas de inversión que dependen de los Ministerios de Fomento y Medio Ambiente. Los altos cargos de ambos departamentos ya han abordado en las últimas semanas con representantes de ERC, IU y Coalición Canaria el destino de algunas inversiones concretas y ahora faltan por precisar las aspiraciones del Grupo Vasco, la Chunta Aragonesista, y el BNG. El diálogo con Convergencia i Unió se ha dejado para el final, una vez quede despejada mañana la gran incógnita que pesa sobre el nuevo Estatuto catalán.
Rajoy defenderá la enmienda de totalidad
El responsable de Economía del PP, Miguel Arias Cañete, anunció que volverá a ser Mariano Rajoy quien defienda la enmienda de totalidad a los Presupuestos. Los ejes de su discurso los anticipó ayer: el PP considera que el proyecto de ley agrava los desequilibrios de la economía española, que no atienden a sus necesidades más acuciantes y que carecen de credibilidad 'porque se sustentan sobre un cuadro macroeconómico poco riguroso'. Deberían haberse aprovechado, dijo Cañete, 'para hacer una gran reforma fiscal'.