Marcha atrás del transporte

Un paro de transportistas ante la subida del gasóleo equivale a una huelga de agricultores porque no llueve. La subida del petróleo que empuja al alza los carburantes se hace permanente. Pero las ayudas no pueden ser perpetuas. Este convencimiento y la disposición del Gobierno a combatir la competencia desleal en el sector han contribuido a que la asociación Fenadismer desconvocase los paros previstos para ayer y hoy. Pero también ha tenido que ver el escaso seguimiento y una división intrínseca del sector. A los transportistas hay que reconocerles que sostengan una actitud dialogante, y no medidas de presión que a veces conculcan derechos básicos de la ciudadanía, como la libertad de movimiento. A las autoridades, recordarles que entre sus obligaciones no está repartir subvenciones. Y al legislador, reprocharle el retraso de una ley que regule el derecho de huelga para que el perjudicado no acabe siendo siempre el ciudadano.