_
_
_
_
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

¿El final de un modelo?

Elecciones generales en alemania. Los comicios de este domingo están marcados por las reformas económicas que adoptará el ganador para recuperar la primera economía de la UE. Mientras los mercados apoyan un cambio, Gerhard Schröder ha recortado la gran ventaja que le sacaba Angela Merkel en las encuestas

El resultado de la elecciones de este domingo en Alemania se presenta lleno de incertidumbres. Si hace sólo unas semanas la victoria de la coalición Conservadora-Liberal (CDU/CSU-FDP) liderada por Angela Merkel se daba por segura, con encuestas que le otorgaban hasta 21 puntos de ventaja, en la última semana se ha producido un giro inesperado. Aunque la CDU/CSU mantiene una ventaja de siete puntos en las encuestas, el SPD de Gerhard Schröder ha logrado cambiar la tendencia y reducir la ventaja de su oponente.

Según los observadores dos factores fundamentales han contribuido a este giro. Por un lado, el duelo en televisión entre Schröder y Merkel, que según las encuestas ganó Schröder, lo que dio nuevas alas a los socialdemócratas y ha servido para movilizar a los votantes de izquierdas indecisos y desencantados con las políticas del Gobierno.

Por otro lado, Schröder ha logrado centrar el debate de la campaña en torno a las controvertidas propuestas del asesor económico de Merkel y candidato a ministro de Hacienda, Paul Kirchhof, que defiende la implementación de un tipo impositivo único de un 25% para los todos los contribuyentes que ganen más de 20.000 euros al año, colocando a los conservadores a la defensiva y permitiendo que pase inadvertido el balance negativo de siete años de Gobierno de la coalición SPD-Verdes.

Los desmentidos de la CDU, con Merkel llamando a Kirchhof al orden y defendiendo que la plataforma electoral de la CDU no contempla esta propuesta, no han logrado parar la hemorragia.

Esta ha sido una maniobra astuta del canciller alemán pues el récord económico de su Gobierno no puede ser más desolador. Durante los últimos 10 años la economía alemana ha sido la enferma de Europa y tres años de reformas bienintencionadas pero inconsistentes y pobremente implementadas no han servido para reanimarla. El desempleo ha crecido un 70% desde la reunificación y está en la actualidad al nivel más alto desde los años treinta del pasado siglo: ha alcanzado los 5,1 millones de parados (un 11,4% de la población activa), con 1.100 puestos de trabajo destruidos cada día. El PIB sigue creciendo por debajo del 1%. Además la a RFA tiene más pobres que nunca, con un millón de ciudadanos en situación de pobreza desde que gobierna la coalición SPD-Verdes, y cada niño que nace en Alemania tiene encima 18.000 euros de deuda.

El Estado de bienestar, financiado por los salarios de un número decreciente de trabajadores, se desmorona, y el estado de las cuentas públicas es también penoso. El déficit público se ha triplicado desde el 2000 y la deuda pública ha alcanzado los dos tercios del producto interior bruto. La agencia Standard & Poor's ya ha advertido que si no se resuelven los desequilibrios presupuestarios y se encuentran nuevas fuentes para financiar los sistemas sanitarios y de pensiones la deuda pública alemana podría tener estatus de basura en 25 años.

El Gobierno SPD-Verdes se defiende argumentando que el camino correcto comenzó en 2002 pero que aún no ha tenido tiempo de dar sus frutos. En respuesta a las criticas de muchos de sus electores se compromete a profundizar las reformas, pero con una mayor sensibilidad hacía la justicia social.

Una victoria de la coalición Conservadora-Liberal podría presentar una oportunidad para reformar el modelo alemán qua ahora parece agotado. Por su historia personal, Merkel parece más predispuesta a romper con las políticas sociales y económicas que han fracasado en la última década. El programa electoral de la CDU/CSU propone bajar más los impuestos a las empresas y reducir los costes laborales aumentando el IVA dos puntos (hasta el 18%) para financiar estas medidas. Al mismo tiempo se compromete a flexibilizar el despido y a permitir acuerdos colectivos a nivel de empresa que permitan a las empresas y trabajadores excluirse de los convenios sectoriales y regionales.

Sin embargo, si como ahora parece probable la CDU/CSU gana las elecciones pero no consigue una mayoría suficiente en coalición con los liberales, la única salida sería una gran coalición CDU/CSU-SPD como la que hubo en Alemania en los sesenta, ya que los liberales se han comprometido a rechazar una coalición tripartita semáforo (por los colores de los tres partidos) con los SPD-Verdes.

Una gran coalición podría ser el peor resultado posible debido a las posiciones tan divergentes de los dos grandes partidos en cuestiones claves como los impuestos, la flexibilidad del mercado laboral, o la reforma del sistema de seguridad social, que harían muy difícil la implementación de las reformas económicas imprescindibles para revitalizar la economía alemana.

En un momento histórico en que Alemania (y Europa) necesitan desesperadamente liderazgo en temas de paz y guerra, terrorismo, seguridad doméstica, y para afrontar los retos de la globalización es de esperar que los alemanes tomen la decisión más sabia. Se enfrentan a una oportunidad única de cambiar Alemania y Europa.

Director del Campus de Madrid de la Universidad de Suffolk y codirector del Seminario de Estudios Ibéricos del Centro de Estudios Europeos de la Universidad de Harvard. sroyo@suffolk.edu

Una 'gran coalición' es el peor resultado por la gran divergencia de los dos grandes partidos en cuestiones económicas clave

Más información

Los inversores miran hacia Alemania

D. F. Díaz / E. J. vALLEJO

Archivado En

_
_