Presión sobre Seat
El grupo Volkswagen medita sobre el futuro de Seat, la marca española que adquirió en 1986 y que emplea a 16.000 personas en Martorell (Barcelona). Ayer cundió la alarma por una información publicada por el semanario alemán Der Spiegel, según la cual Volkswagen exige a su filial que logre beneficios en 2006 o adoptará soluciones drásticas: vender la marca, quizás a un productor chino, y dedicar la fábrica a otras marcas del grupo. Aunque la compañía desmintió estos planes, recientemente ha insistido en advertir que Seat debe crecer en ventas y en productividad para subsistir. Y Seat no interesa como marca nacional, sino que debe expandirse en el extranjero. Estos mensajes tienen que ver con el inicio de una negociación muy complicada para reducir costes -y empleos- en la fábrica barcelonesa. Es de esperar que impere la sensatez, por el bien de Seat y de toda la industria española.