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Directivos

La dura carrera para ser socio en una empresa

No es fácil llegar a la cúpula directiva de bufetes y firmas de servicios profesionales. Hacen falta entre 10 y 15 años para conseguirlo

Trabaja en Accenture desde hace 16 años y hace seis que Juan Pedro Moreno, de 40 años, fue nombrado socio de la firma. Forma parte de los 212 socios de la compañía, los elegidos para tomar decisiones dentro de la cúpula directiva de la compañía. La carrera para llegar a ser socio no es fácil, en el camino hay una serie de obstáculos, mucha dedicación y trabajo. Pero también se requieren otros requisitos, según apunta Moreno: 'No se trata de buscar al mejor consultor ni al mejor vendedor. Se valora que el candidato sea capaz de generar nuevos negocios, que demuestre que es emprendedor e innovador'. También se valora que los negocios que se hayan generado sean rentables y se sostengan en el tiempo, pero además que sea capaz de jugar un papel decisivo como líder de equipos. Un socio, al menos en Accenture, tiene que estar entre el 10% de los profesionales mejor valorados por los empleados. Y para conseguir todo esto, es la media que se baraja en la firmas de servicios profesionales y despachos de abogados, se requieren entre 10 y 15 años.

Llegar a ser socio no es tarea baladí. 'Te integras en una organización y formas parte de la toma de decisiones, opinas sobre los presupuestos y resultados', explica José María Segovia, socio y miembro de la comisión ejecutiva del despacho de abogados Uría y Menéndez. La firma cuenta con más de 87 socios entre una plantilla de más de 400 abogados. 'La mayoría ha realizado su carrera aquí, porque el objetivo es que los abogados tengan carrera profesional dentro de la organización', explica Segovia.

El salario se duplica

En Uría y Menéndez tienen diseñado un plan que favorece el desarrollo de los profesionales, que decidan optar por quedarse y emprender su carrera en el bufete, ya que los índices de rotación más altos se encuentran en los primeros años nada más incorporarse la organización. Para los que deciden continuar, el bufete tiene diseñado un plan de carrera a diez años. En el primer año, los abogados están en régimen de prácticas y su trabajo es parcial ya que una parte de la jornada la dedican a formación. La segunda etapa comienza cuando se realizan funciones de letrado, 'es ahí donde te das cuenta de lo que realmente es un despacho' y finalizan en el cuarto año. La siguiente fase abarca hasta el octavo año, y es en este periodo cuando el abogado empieza a tener un papel protagonista. Después, y durante dos años, el candidato a socio 'comienza a llevar asuntos él solo'. En el undécimo año es nombrado socio. Y empiezan los cambios tanto profesionales como salariales. 'En vez de percibir una compensación fijada por el trabajo realizado, participas de los resultados. Formas parte del riesgo y ventura de la compañía', señala Segovia, que asegura que la retribución del abogado pasa a ser más del doble de lo que recibía anteriormente.

En Garrigues, donde en la actualidad hay 165 socios, la carrera para ser socio es de 12 años, aunque hay casos que lo han reducido a diez y lo han conseguido con 33 años. 'Cada una de las etapas está definida. Cada profesional, en función de su trabajo, aportación y despacho, promociona cada año en su carrera', afirma Lourdes Ramos, quien destaca que adquirir la condición de socio supone un gran reto profesional y personal. Para conseguir la máxima objetividad, señala Ramos, en el despacho se ha constituido un Comité de nominaciones cuya labor consiste en hacer un seguimiento de la evolución de los profesionales. Con los informes presentados por el Comité 'se abre un profundo debate y análisis en la Junta de socios'.

A Deloitte se han incorporado este año una decena de socios a los 122 ya existentes, que previamente han tenido que realizar una 'fuerte meritocracia', señala el socio director de recursos humanos de la firma de servicios profesionales, Juan Díez Calleja. 'Además de conseguir objetivos, ser capaz de generar negocio para dejar una compañía mejor, debe tener un componente de gestión de personas y estar empapado de un concepto de ética e integridad'. En definitiva, se pasa de empleado a propietario.

El comienzo de una prometedora carrera internacional

La mayoría de los socios se han forjado y formado en la empresa que les acogió por vez primera en prácticas. El secreto para conseguirlo es, según apunta el socio director de recursos humanos de Deloitte, Juan Díez Calleja, 'crecer profesionalmente'. En definitiva, la trayectoria de socio requiere de un proceso de madurez tanto personal como profesional.La primera fase es de aprendizaje, donde el profesional se forja y conoce la compañía. El siguiente paso es conseguir liderar algún equipo de personas. Después, toca el cometido de realizar funciones gerenciales, de manera que el profesional sepa gestionar diferentes proyectos, así como generar nuevos negocios. Para todo ello se requiere experiencia.Ser socio no implica el comienzo del fin de la trayectoria de ningún profesional. Todo lo contrario. 'Es el inicio de otros caminos, como ejecutivo de una empresa. Y también el inicio de una carrera internacional con un puesto de responsabilidad', afirma Juan Pedro Moreno de Accenture. Por ello es importante que la elección se haga con 'objetividad y justicia', explica Lourdes Ramos, directora de recursos humanos de Garrigues.

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