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Investigación

Investigan el uso del olfato y el tacto para mejorar la seguridad al volante

Las barras de protección y los sistemas de frenado o estabilización son algunos de los elementos de seguridad que hoy incorporan los coches. En el futuro se les unirán otras herramientas para alertar a los conductores sobre situaciones de peligro. En lugar del utilizar el sonido o la vista, ya presentes en los automóviles, recurren al olfato y el tacto.

Aromas de cítricos y lavanda para mantener despiertos a los conductores o calmarles y cinturones de seguridad que vibran para hacer que reduzcan la velocidad son algunos de los últimos avances en materia de seguridad al volante.

Sobre estos y otros sistemas habló el lunes ante un grupo de periodistas el doctor Charles Spence, psicólogo experimental que trabaja en la Universidad de Oxford (Reino Unido). Explicó que los científicos están investigando el uso de los sentidos del tacto y el olfato para desarrollar nuevos sistemas de seguridad para los automóviles. En su opinión, "el tacto es completamente infrautilizado en este momento".

La distracción es una de las causas más comunes de los accidentes junto a los excesos de velocidad. Para evitarla, Spence propone nuevos automóviles en los que asientos, cinturones de seguridad y pedales vibrarían para alertar al conductor cuando se encuentra en situación de peligro. Aunque esta técnica no se usa en los vehículos actuales, Spence apoya su defensa de estos sistemas en las previsiones del fabricante japonés de componentes, Denso, que afirma que en 2020 todos los coches nuevos tendrán alguna característica de vibración. "Creemos que lo mejor para el futuro será combinar señales sonoras con la vibración", subraya Spence.

La ventaja de estos sistemas es que, aunque la música de la radio o el ruido externo tapen la alerta sonora, al conductor le llegará el aviso a través de la vibración de una parte del coche con la que está en contacto. Las alertas pueden referirse a la disminución de la distancia de seguridad respecto al vehículo que nos precede, por ejemplo.

Spence, que colabora en esta investigación con un fabricante japonés que no ha querido identificar, está realizando simulaciones para probar el impacto de la vibración de los pedales o el volante en los conductores. "Buscamos mejorar el tiempo de reacción en unos 150 o 200 milisegundos", lo que según afirma podría reducir entre un 10% y un 15% los accidentes más comunes.

Además del tacto, Spence y sus colegas de Oxford están investigando el uso del olor para mejorar la seguridad en carretera. Han demostrado que un olor a menta puede mejorar la concentración, y que los aromas a cítrico pueden ayudar a los conductores distraídos a mantenerse alerta.

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