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Datos económicos

La factura energética dispara un 36% el déficit comercial

El déficit comercial español alcanzó en el primer trimestre los 36.273 millones de euros, un 36% más que en el mismo periodo del año pasado. El aumento de las importaciones, del 12,4%, triplica de largo al de las exportaciones, debido al incremento de la factura energética derivado de la subida del precio del petróleo.

El sector exterior volvió a ser uno de los mayores problemas de la economía española en la primera mitad del año. El producto interior bruto crece a ritmos superiores al 3% interanual, pero lo hace a pesar del sector exterior, que sigue detrayendo casi dos puntos a la economía. Y la causa principal es el creciente déficit comercial, que sólo en el primer semestre alcanza ya los 36.000 millones, un 36% más que en el mismo periodo del año anterior.

Los datos presentados ayer por el Ministerio de Industria presentan, no obstante, una pequeña concesión al optimismo: el crecimiento de las exportaciones se aceleró en el segundo trimestre hasta el 5,6%, frente al exiguo 1,8% que registró el primero. Las importaciones crecieron en ambos periodos alrededor del 12%, por lo que el déficit comercial se moderó ligeramente entre abril y junio. Una moderación, no obstante, sólo relativa, pues la tasa de cobertura (cociente entre exportaciones e importaciones) está en el 67,8%. Esto significa que, en términos de mercancías, por cada tres euros que se compran al exterior, sólo se venden dos. Hace dos años, la tasa era del 76%.

Buena parte del incremento de las importaciones en el semestre se ha debido al aumento de la factura energética, motivada, a su vez, por el encarecimiento del petróleo. El déficit comercial en la partida de productos energéticos supera hasta junio los 11.000 millones, después de que las compras se encarecieran un 36% respecto al año pasado. El epígrafe de bienes de equipo supone un déficit para España ligeramente superior, pero aquí el aumento de las importaciones se ha 'limitado' al 15% en tasa interanual.

Al margen de la escalada del crudo, el Gobierno achaca el creciente desequilibrio comercial a un exceso de concentración de las exportaciones. Más de la mitad de las relaciones comerciales españolas tienen origen o destino en países de la zona euro. La economía española crece en la actualidad más que la de la mayoría de esos países, por lo que, con la demanda interna boyante, tiene una mayor propensión a importar. Así, España ha vendido a Alemania por valor de 9.021 millones, y ha comprado por 17.071. Resultado: más de 8.000 millones de déficit sólo con el mayor exportador del mundo. El otro gran motivo de preocupación actual es China: un déficit de 4.520 millones, debido a la escasísima cifra de ventas a ese país (725 millones de euros). Para equilibrar estas tendencias, el Gobierno lanzó el año pasado su propuesta de planes-país, destinadas a aminorar la dependencia de la UE y a abrir mercados infraexplotados, como China, México o Rusia. De momento, se atisba una ligera corrección: las ventas a la Unión Europea crecieron en el semestre un 2,5%, mientras que las exportaciones a otros destinos aumentaron un 7,5%.

La tasa de cobertura cae en picado

El desequilibrio comercial tiene una representación sencilla: la tasa de cobertura, cociente entre las exportaciones y las importaciones. Si supera el 100%, el país es exportador neto. España es un importador tradicional, pero cada vez con más intensidad: mientras que hace sólo dos años la tasa alcanzaba el 76%, hoy se limita al 67,8%.

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