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CincoSentidos

La proyección digital enfrenta al sector del cine

Es la revolución pendiente. Las cintas de celuloide y de 35 milímetros se resisten a la irrupción de la tecnología digital en el cine. El reciente compromiso de los siete grandes estudios cinematográficos estadounidenses sobre estándares de proyección en los cines pone sobre la mesa un cambio que llevaba años pareciendo inminente. Pero todavía queda lo más complicado: acordar quién financiará la sustitución de las máquinas.

El 27 de julio pasado la sociedad Digital Cinema Iniciativas (DCI), formada por los siete grandes productores y distribuidores mundiales (Disney, Fox, MGM, Paramount, Sony Pictures, Universal y Warner Bros), escogió las características que deberán tener los sistemas de proyección de cine digital para poder emitir sus películas. Warner Bros anunció que a finales de año producirá todos sus filmes en dos formatos: 35 milímetros y DCI.

Para que las películas digitales puedan exhibirse en los cines, tendrán que cambiar también sus proyectores. De las 130.000 salas que hay en el mundo, solo varios cientos proyectan en digital, y menos de 100 cumplen el estándar DCI (2K de resolución mínima). El coste de cada máquina puede llegar a 121.800 euros.

La distribución se hará por satélite y se agilizará el paso del cine al DVD

Los exhibidores se resisten a financiar el cambio. 'Deberían pagarlo los distribuidores y los productores, que son los que salen beneficiados', reclama Roberto Bayón, del Circuito Estrella de cines. La distribución podrá hacerse por satélite, con el consiguiente ahorro en gastos de transporte de las pesadas y voluminosas cintas. La incorporación de los subtítulos será mucho más barata que por láser, y se agilizará la cadena de distribución, que abarca también el DVD, la televisión y los videojuegos, todos ellos ya completamente digitales.

Una alternativa es que las grandes distribuidoras paguen los nuevos proyectores, y los alquilen con opción de compra a los cines. Santiago Samaniego, de la distribuidora Vértigo Films, advierte de las 'diferencias' entre las grandes y pequeñas empresas, y es partidario de que haya 'subvenciones' por parte del Estado.

La gran desventaja para las distribuidoras es que el nuevo sistema facilitará el pirateo, y serán necesarios costosos sistemas de encriptación para evitarlo.

Por su parte, las productoras se ahorrarán la fabricación de las copias, cada una de las cuales cuesta unos 1.200 euros.

Variedad de contenidos

La proyección digital permitirá a los cines ampliar el tipo de contenidos que ofrecen al público: deportes, conciertos, teatro u ópera. Muchos de estos productos, y la publicidad previa a las películas, se proyectan en el llamado cine electrónico, inferior en calidad al DLP (Digital Light Processing), hasta ahora el único estándar digital aceptado por los grandes estudios, de menor resolución que el DCI.

Los empresarios españoles no ven claro cuando se producirá el cambio definitivo. Para el distribuidor Samaniego, la competencia del cine casero, que se incrementará con la llegada del DVD de alta definición el año que viene, 'acelerará la modernización de las salas'. Hugo Ramos, de Kodak, fabricante de cintas, cree que 'ocurrirá lentamente. Aún se venden más proyectores tradicionales que digitales.' En cualquier caso, habrá un largo periodo de convivencia entre los dos sistemas, que doblará los costes de distribución y de exhibición.

Desde la introducción del sonido y del color en las películas, el mundo del cine no vivía una revolución semejante. Como siempre, serán las grandes compañías estadounidenses las que dicten los pasos a seguir.

'Abarata los costes sin perder calidad'

Desde que nace la idea hasta que una película llega a las pantallas de cine atraviesa por tres grandes fases: la grabación, la posproducción y la proyección. En las tres los sistemas digitales abaratan los costes, pero no en todas alcanzan la misma calidad que los tradicionales.La grabación digital 'está muy lejos de la que se obtiene con cámaras de celuloide', según Hugo Ramos, de Kodak, que vende productos en ambos sistemas. Por eso no está muy extendido su uso, pese al ahorro que supone: los productores de El ataque de los clones gastaron 13.000 euros en cinta digital, en lugar de los 14,6 millones que les habría costado la película de 35 milímetros. George Lucas y Robert Rodríguez, entre otros, son firmes partidarios del digital. En el caso de la posproducción no hay diferencias. Y en la fase de proyección, la calidad digital es 'similar' a la del celuloide, según Ramos. 'La ventaja es que el digital no se deteriora con el tiempo'.Antonio Abad, de Christie Digital Systems, fabricante de los dos únicos proyectores en DLP en España, en los Kinépolis de Madrid, que también tendrán que pasarse al nuevo estándar, asegura que la resolución de 2K 'es más que suficiente' para el ojo humano.

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