Escuchas problemáticas
Ante la publicación por parte de la prensa italiana de las transcripciones de unas llamadas telefónicas que dejan en evidencia al gobernador del Banco de Italia, el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha decidido intervenir. Hace unos días anunció planes para restringir el uso de grabaciones en investigaciones judiciales (...).
Las filtraciones han sembrado dudas sobre la imparcialidad de Antonio Fazio, que supervisa la competencia en la banca como gobernador del Banco de Italia.
Las propuestas para contener y penalizar las escuchas parecen dispuestas para el último asalto en el largo combate que mantiene Berlusconi con la judicatura italiana. Desde que entrara en política en 1993, el primer ministro ha sido juzgado en ocho ocasiones (...).
Con todo, las últimas propuestas amenazan no sólo al poder judicial, sino también la libertad de prensa. La grabación de conversaciones ha alcanzado niveles inusualmente altos en Italia, lo que sugiere que quizá haga falta para examinar los procedimientos por los que se autorizan estas escuchas. Por qué fueron las transcripciones filtradas a la prensa con tanta celeridad puede que también requiera ser supervisado. Pero como tantas otras veces con el Gobierno de Berlusconi, un tufillo sospechoso se superpone a los motivos que llevan a afrontar el asunto.