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Guía para inversores

Las Bolsas aguantan el pulso con el petróleo

Los expertos avisan de que, si continúa la escalada del precio del crudo, los mercados sufrirán el impacto en 2006.

Los mercados parecen estar dispuestos a dar la vuelta a la situación vivida en la primera quincena de agosto del año pasado. Hace doce meses, la escalada del precio del petróleo, que llevó el precio del Brent (el de referencia en Europa) por encima de 40 dólares llevó el Ibex a mínimos anuales, sin que los inversores atendieran para nada a los buenos resultados empresariales. No hubo analista que no pensara entonces que la situación anticipaba un septiembre negro en los mercados y que no considerara que la subida del precio de la energía se trasladaría a los márgenes de las empresas y a la inflación y ahogaría el crecimiento económico. Se equivocaron.

Los mercados lograron aguantar la presión del crudo, muchos inversores aprovecharon los bajos precios para comprar y la Bolsa española inició una escalada que culminó con una subida en el año del 17%.

La experiencia parece indicar que se exageró la amenaza del crudo. Lo ocurrido el año pasado actúa ahora como un efecto vacuna ante la persistente subida de los precios del petróleo (acumula un alza del 64% en el año). Sin embargo, los desorbitados niveles de las últimas semanas -el barril Brent cotizó por encima de 66 dólares- provocan cierto mal de altura y nadie tiene claro hasta qué punto la situación es sostenible y la vacuna seguirá mostrando su eficacia.

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De momento, con un barril 26 dólares más caro que entonces y que escala día a día hacia récord impensables hace un año, las Bolsas a ambos lados del Atlántico continúan su coqueteo con los máximos y prefieren obviar la excusa del petróleo para corregir de forma significativa. Los expertos consideran que, salvo sorpresas inesperadas, al menos durante este año, los mercados mantendrán su inercia alcista y aguantarán el pulso.

Al contrario que hace un año, lo que cuenta ahora son los buenos resultados empresariales y la mejora de las expectativas económicas. Pero ¿hasta cuándo?

Todo depende de que las empresas sigan siendo capaces de absorber las subidas y de que éstas no se trasladen a la inflación. Eso obligaría a endurecer la política monetaria más allá de lo deseable para los mercados, que viven alimentados por la abundante liquidez existente en todo el mundo. Lo cierto es que nadie tiene muy claro en qué momento pueden saltar las alarmas y la Bolsa romperá su nivel de resistencia.

'Si hace unos años nos hubieran dicho que el petróleo alcanzaría estos niveles habríamos pensado inmediatamente en una crisis económica de calado internacional. Sin embargo, hay muchos elementos que están amortiguando ese impacto', explica David Cano, de Analistas Financieros Internacionales. 'La economía es más flexible, el sector servicios, con menos gasto en combustibles tiene más peso y además el rebote del crudo ha llegado en la fase alta del ciclo económico y empresarial, lo que facilita a las compañías absorber las subidas sin necesidad de trasladarla a los precios finales, lo que evita que los bancos centrales eleven los tipos de forma brusca', precisa.

La gran incógnita es qué nivel de precios del crudo es capaz de soportar la economía mundial sin desbaratar todas estas variables, sobre todo, sin despertar de nuevo el fantasma de la inflación.

El informe mensual que la Agencia Internacional de la Energía ha publicado esta semana habla de que por primera vez en mucho tiempo la oferta superará a la demanda el próximo año. En concreto, la AIE prevé un crecimiento del 2% de la demanda mundial de crudo en 2006 y del 2,5% de la oferta. El mensaje es tranquilizador porque, de cumplirse estas previsiones, las presiones sobre el crudo deberían relajarse, con el consiguiente impacto del precio del barril, que debería caer.

'La incógnita es qué pasará hasta que la oferta pueda satisfacer las necesidades', advierte José Carlos Díez de Intermoney. A su juicio, 'el barril en lo que queda de año llegará más tarde o más temprano a 70 dólares, máxime cuando queda poco para que el otoño y el invierno lleguen al hemisferio norte, el principal consumidor de petróleo'.

Hasta ahora las empresas han sido capaces de absorber el aumento de los precios del petróleo y de otras materias primas sin trasladarlos a sus productos porque 'han reducido los gastos laborales, que suponen una media del 75% del total de los costes, frente al 15% que implican de media los del petróleo', explica Jaime Albella, analista de BNP Paribas. Pero el analista se teme que 'esta dinámica no va a poder continuar por mucho tiempo porque están subiendo los costes laborales'. En su opinión, 'el ejercicio 2006 va a ser mucho más difícil para los mercados'.

Analistas como Javier Estrada, de Morgan Stanley, consideran que por encima de 65 dólares el barril es un nivel ya peligroso 'porque el efecto sobre el consumo y la inflación empezará a ser apreciable'. Lo cierto es que hasta la fecha el comportamiento del crudo apenas ha tenido reflejo en una contracción de la demanda y no se ha limitado el crecimiento económico. La clave es que tampoco se ha trasladado a la inflación. Eso explica que los tipos a largo plazo se hayan mantenido bajos, lo que ha sostenido la abundancia de liquidez que está detrás del buen comportamiento de muchos activos financieros.

'Las subidas no han perjudicado todavía a la economía porque los tipos están bajos, además de que hay presiones deflacionistas derivadas de la globalización y la deslocalización', asegura Estrada.

Aaron Barnfather, gestor de Mellon Pan European Portfolio, coincide y cita como ejemplo de estas fuerzas deflacionistas 'la caída de los precios de los componentes electrónicos, que parecen estar equilibrando los impactos inflacionistas'.

En la misma idea, José Carlos Díez asegura que 'con la incorporación de China al escenario mundial hay que cambiar o modificar el enfoque de los patrones clásicos de la economía. El análisis hay que hacerlo global, no local. El crudo no se ha trasladado a la inflación, que sería el peor síntoma por cuanto obligaría a subir los tipos. Los estadounidenses están absorbiendo gran cantidad de productos chinos, productos muy baratos que facilitan el control de la inflación'.

En todo caso, nadie niega que el petróleo constituye la amenaza más importante con la que tendrán que seguir conviviendo los mercados. No en vano, aunque predomina el ánimo alcista en todas las Bolsas del mundo, los inversores están muy pendientes de cualquier noticia negativa que pueda producirse, sobre todo, por el lado de la oferta, en concreto de las incertidumbres geopolíticas. El foco principal de atención se sitúa en la zona del Golfo y lo que pueda ocurrir en Irán.

'Las tensiones políticas globales han crecido desde la muerte del rey Fahd de Arabia Saudí y la aparente ruptura del acuerdo por parte de Irán de no utilizar uranio', advierte Barnfather, gestor de Mellon Pan European. Además del estrangulamiento por el lado de la oferta, 'nos encontramos con un segundo cuello de botella porque la capacidad de refino de las petroleras es bastante rígida y necesita tiempo para adaptarse al aumento de la demanda, lo que en definitiva viene a ampliar un poco más las diferencias entre lo que se pide y lo que se puede dar', explica José Francisco Ruiz, analista de Kepler Equities para el sector petrolero.

El analista de Morgan Stanley considera que, en realidad, lo que han hecho los mercados es desplazar el nivel de precios a partir del cual parece que las subidas pueden empezar a afectar a la economía y a los mercados.

El experto lo sitúa ya en esos 65 dólares en que cotiza actualmente. Anton Brenden, de Dexia Asset Management, considera, sin embargo, que 'los actuales niveles son todavía soportables' y cree que 'aunque hará daño, los mercados están en condiciones de convivir con un nivel de hasta 80 dólares el barril'. 'A partir de ahí -asegura- habrá una auténtico freno a la economía y será un lastre para los mercados'. No obstante, y aunque no se atreven a aventurar cuánto más se encarecerá el combustible, ni uno ni otro consideran que los precios llegarán a las alturas en las que empiece a producir el vértigo.

'Si tuviera que apostar, apostaría por que vamos a ver el petróleo de nuevo en 60 dólares porque el tema de Irán se va a ir solucionando y eso aliviará la presión', señala Estrada.

No obstante, también hay que tener en cuenta la evolución de la divisa, ya que la apreciación del dólar hace que el petróleo se pague aún más caro, un efecto con el que no se contaba en Europa el año pasado.

Cautela

Aunque cautos, en general, los analistas no son excesivamente pesimistas con el escenario actual, al menos a más corto plazo. Aseguran que la Bolsa cuenta con buenos soportes y que parece que los mercados están mirando más lo positivo que lo negativo, principalmente el hecho de que los resultados empresariales estén batiendo las expectativas e incluso mejoren las previsiones que habían realizado para el conjunto del año.

'Tal y como están funcionando los mercados no parece que la amenaza se vaya a materializar en caídas de las acciones este año. Hay que contar con la enorme liquidez existente en el mercado. Si eso lo conjugas con las buenas valoraciones y los rendimientos de los bonos en niveles muy bajos no parece que haya muchos activos donde meter el dinero al margen de la renta variable', subraya Fernando Hernández, de Inversis.

De hecho, la escalada del crudo está incluso echando leña a los índices, si se tiene en cuenta el peso que tienen en alguno de ellos las petroleras, el sector más beneficiado en esta dinámica, en algunas Bolsas mundiales. Es el caso de Total Fina, que pesa en el CAC 40 un 15% y ha subido más de un 30%.

Las aerolíneas resisten el embate y petroleras y gasistas lo aprovechan

Los libros clásicos de teoría económica hablan de que un petróleo caro es un lastre para la Bolsa. Por un lado porque dispara los costes de muchas empresas, reduciendo con ello sus márgenes. Por otro, porque a aquellas compañías que no tienen entre sus gastos el combustible las termina dañando de forma indirecta, es decir, merma el poder el poder adquisitivo de los consumidores, sobre todo si viene acompañado de subidas de tipos.Sólo hay un sector al que le beneficia que el oro negro se dispare. Se trata, como no podía ser de otra manera, de aquel que el que comercia con la materia prima: el petrolero. Esta situación de privilegio tiene su reflejo en Bolsa. Desde el pasado 21 de julio, fecha en el que comenzó el último rebote del crudo, el sector de mejor comportamiento del índice DJ Stoxx 600, es el energético.A pesar de este tirón, los analistas creen que las petroleras siguen atractivas. 'Los precios de sus acciones aún no reflejan los niveles que ha alcanzado el crudo', señala José Francisco Ruiz, analista de Kepler Equities. Repsol es para Ruiz uno de los valores a tener en cuenta. 'Es de las petroleras más expuestas al negocio de refino, el que más margen deja, lo que compensa su mayor perfil de riesgo por su presencia en Latinoamérica'. En concreto, Repsol es la compañía a la que más han mejorado los analistas la previsión de beneficios en 2005 dentro del Ibex. Partía con una estimación de 2.354 millones y ahora se calcula que gane 651 millones más.Aparte de las petroleras, los expertos señalan a las compañías gasistas como las otras beneficiadas por la subida del crudo ya que el mayor precio de la materia prima eleva su facturación. A las eléctricas no las ayuda, más bien al contrario, puesto que en sus centrales de ciclo combinado utilizan gas, cuyo precio está referenciado al petróleo.A partir de aquí, los analistas creen que habría que hablar no tanto de sectores beneficiados sino más bien de sectores menos damnificados. 'Alimentación y construcción, y en menor medida telecos y bancos, están menos expuestos a la factura energética', comenta David Cano, de Analistas Financieros Internacionales.En el lado opuesto, los valores más perjudicados por esta situación son las aerolíneas, los valores relacionados con el turismo, así como los sectores más cíclicos. 'En especial las compañías de consumo cíclico ya que aunque el alza del crudo no se ha trasladado a la inflación, sí que está mermando poder adquisitivo a los consumidores', advierte José Carlos Díez, jefe de análisis de Intermoney.De todas formas, los expertos advierten que a corto plazo las Bolsas van a seguir impulsadas por más sectores que el petrolero debido a las condiciones peculiares del mercado: crecimiento económico, gran liquidez y falta de atractivo del resto de inversiones.'Te da miedo meter en cartera una aerolínea con el barril por encima de los 60 dólares, pero lo cierto es que lo están haciendo muy bien, absorbiendo las subidas del petróleo y sus resultados no se están viendo excesivamente perjudicados', explica Fernando Hernández, analista de Inversis. 'En pura lógica el sector que debería verse más afectado es el de consumo, automóviles, agencias de viajes y hoteleras', añade este experto.

Claves en la oferta y la demanda que impulsan el precio del crudo

China e India Estos dos países, especialmente China, se están incorporando al club de los grandes consumidores, con lo que ayudan a que se dispare la demanda mundial. El consumo de crudo ha pasado de los 58 millones de barriles diarios de 1984 a los casi 84 millones que la Agencia Internacional de la Energía (AIE) prevé para 2005. Y ese organismo estima que la demanda subirá 1,78 millones de barriles diarios en 2006. El factor de la presión que ejercen China, India y Brasil es destacado por Jaime Albella, de BNP Paribas, quien además incluye el fuerte crecimiento del PIB y de América Latina y Europa del Este. José Carlos Díez, de Intermoney, señala que 'además esos países son menos eficientes y cuando crece su PIB sus necesidades de crudo aumentan más rápido que en los países desarrollados.Refinerías La escasa capacidad de refino, dado que las petroleras han preferido invertir en exploración y producción, se ha convertido en un cuello de botella especialmente en la temporada veraniega cuando se demandan más gasolinas. 'Es otro estrangulamiento desde el lado de la oferta, porque la capacidad de refino de las petroleras es bastante rígida', manifiesta José Francisco Ruiz, de Kepler Equities. Así cuando bajan los stocks de gasolinas en EE UU, salta el precio del crudo.Especulación Desde el lado de la oferta también hay una actividad que presiona los precios del crudo al alza, aunque no esté directamente relacionada con el aumento del consumo. Es la especulación de algunos brokers especializados en materias primas. 'También influye en que el crudo haya alcanzado los niveles actuales factores especulativos, especialmente de la mano de los hedge funds, que hacen que el movimiento del precio del barril se amplifique', manifiesta David Cano, de Analistas Financieros.Déficit estructural El aumento de la demanda mundial ha ido más rápido que el de la oferta por lo que se ha producido un déficit estructural. Esta trayectoria fue destacada en recientes declaraciones de Hadi Nejad- Hosseinian, ministro de Petróleo de Irán, quien estima que ese desfase puede provocar que el crudo llegue a los 70 dólares en la segunda parte de este año.IránDesde el lado de la oferta los aspectos que más han influido en los precios del petróleo desde que funcionan las estadísticas son los conflictos geopolíticos. Si en la década de los ochenta las incertidumbres se originaron por la guerra del Yon Kipur después vinieron la revolución iraní, la invasión de Kuwait por Irak y la de este país en 2003. Y ahora con el triunfo en las elecciones iraníes de ultraconservador Mahmud Ahmadineyad, la inestabilidad ha aumentado en el segundo país productor de la OPEP. 'El cambio de Gobierno en Irán, cuyo primer ministro ha reactivado la carrera nuclear nada beneficia al petróleo', afirma David Cano. Asimismo, Aaron Barnfhater, gestor de Mellon, destaca la ruptura por parte de ese país del compromiso de no enriquecer uranio. Fernando Hernández, de Inversis, cree que una subida brusca del petróleo se debería a problemas graves desde la oferta, y que podrían originarse en Irán.ArabiaOtro foco de atención en las últimas semanas es Arabia tras la muerte del rey Fahd. En ese país, el primer productor de la OPEP y principal aliado de Estados Unidos, se ha abierto un periodo de incertidumbre ya que no queda claro a medio plazo quien será el hombre fuerte de ese país. Además el temor a un atentado ha impulsado el cierre durante días de la embajada de Estados Unidos en Riad. Según los estrategas, en caso que hubiese un atentado a instalaciones petroleras saudíes. el crudo se elevaría hasta 100 dólares el barril.Desastres Huracanes o tifones en el Golfo de México o cualquier otra zona productora impactan igualmente en la cotización de los hidrocarburos. Pero además de los desastres naturales, la sensibilidad de ese mercado se refleja ante accidentes como un incendio en una refinería de Texas como ocurrió hace unos meses.

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