Buscando el despegue

El Banco de Inglaterra ha reducido los tipos de interés de manera sabia (y predecible) un cuarto de punto, hasta un 4,5%, aportando de esa manera tanto un suave estímulo para el gasto alicaído de los consumidores como una ligera bajada en los pagos de intereses de las hipotecas. Que este sea el primero de una serie de recortes dependerá del efecto que tenga sobre el subyacente crecimiento de la economía de Reino Unido, que está claramente comportándose por debajo de las estimaciones oficiales (...).

Los indicadores económicos están dando señales contradictorias (...). Lo que pasa en la economía es que una expansión fuerte continuada del gasto público, la construcción y parte de la industria de servicios no son suficientes para compensar la pobre actuación de las exportaciones, la producción industrial y el consumo. Una vez más, Reino Unido estará a la espera de que llegue la caballería de EE UU al rescate.

El Gobierno espera que un giro al alza de la economía mundial y una depreciación de la libra esterlina impulsen el crecimiento británico del 2% a algún punto más cercano al 3,25% fijado como objetivo. Esto probablemente haga otra bajada de los tipos de interés más improbable en un futuro inmediato. Pero, por el momento, el banco no debe levantar demasiado su pie del acelerador.