Estados Unidos resucita el bono a 30 años
El apetito de los inversores por la deuda a largo plazo se confirma día a día. El Tesoro de EE UU, consciente de las peticiones de Wall Street, acaba de resucitar las emisiones de bonos a 30 años después de un parón de cuatro años.
La mayor esperanza de vida de la población ha originado un importante cambio en la demanda de productos de inversión. Las gestores de fondos, los planes de pensiones y las aseguradoras han empezado a diversificar sus inversiones en busca de activos más seguros, un factor que les obliga a tener carteras con duraciones más largas para cubrir sus activos a las nuevas demandas. De ahí el creciente interés por la deuda a largo plazo.
El Tesoro de EE UU ha escuchado al mercado y ayer anunció que en el primer trimestre de 2006 retomará la venta de bonos a 30 años, unas emisiones que se producirán dos veces al año, aunque aún no ha determinado el calendario exacto.
'La decisión está basada en nuestro compromiso de gestionar la deuda con prudencia y nuestro deseo de mantener una cartera diversificada y efectiva en términos de costes', comentó el secretario del Tesoro, John Snow.
Los cambios en la coyuntura económica también explican la decisión de reavivar el bono a 30 años. En octubre de 2001 el Gobierno de EE UU decidió dar muerte a estas emisiones en un momento en el que el país había logrado superávit durante cuatro años consecutivos. Entonces todo hacía prever que esa tendencia se mantendría durante la década y EE UU decidió sepultar estos activos ante la escasa demanda y los altos costes que generaban. Cuatro años después, la crisis económica, la financiación de dos guerras y las rebajas fiscales transformaron el superávit en unos niveles de endeudamiento nunca vistos.
Los bonos a largo plazo permiten que el emisor se financie a unos tipos bajos a más largo plazo. La decisión del Tesoro de EE UU se produce en un momento en el que el diferencial entre la rentabilidad del bono a 10 y 30 años se ha estrechado hasta el mínimo desde 2000 (ver cuadro).
La competencia que suponen las emisiones de deuda en Europa tampoco han pasado desapercibidas en EE UU. Francia tomó la iniciativa y vendió 6.000 millones de euros en bonos a 50 años el pasado mes de febrero, una cifra que dobló las previsiones iniciales del Gobierno galo gracias al enorme éxito de la operación. El Reino Unido también movió ficha y en mayo comenzó a vender deuda a 50 años.
Algunas empresas también tomaron ejemplo ante el apetito por estos títulos. Telecom Italia decidió vender deuda a medio siglo el pasado mes de marzo.