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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Resultados reconfortantes

Las empresas del Ibex 35 han cerrado el primer semestre del año con los mejores resultados de su historia. El avance es notable tanto si la medida son los beneficios netos, que crecen un 31%, como el resultado bruto de explotación, que aumenta un 23%, y los ingresos, al alza en un 25%. Es significativo que todas las compañías que han presentado resultados declaren una mejora de su cifra de negocio y de su rentabilidad, con la única excepción de Iberia, cuyas cuentas son muy sensibles al encarecimiento del combustible. Las cifras han sido acogidas con satisfacción en el mercado bursátil y son una de las causas más claras de que las acciones ronden sus precios máximos en más de cuatro años.

Los resultados de las grandes empresas cotizadas han gustado a los analistas porque, además de crecer, son de buena calidad, ya que se basan en los negocios ordinarios y no, como otras veces, en realización de plusvalías. La fortaleza de la actividad económica en España y una acertada internacionalización explican la expansión de las cifras de facturación. Las compañías han recuperado rentabilidad después de los ajustes de costes emprendidos, no sin dolor, en los últimos años. Los tipos de interés se han mantenido en niveles mínimos históricos y la cotización del euro ha cedido posiciones hasta niveles más razonables, lo que completa un panorama muy favorable para las grandes empresas. Sólo el petróleo, con el barril ayer por encima de los 60 dólares, sigue perfilándose como amenaza, si bien su impacto está en buena parte ya asimilado por los agentes económicos.

Estos resultados fijan unos buenos fundamentos para los mercados bursátiles tras las fuertes subidas acumuladas desde 2003. Y garantizan que seguirá pagándose un elevado dividendo a los inversores, como ha sido tendencia creciente en los últimos años. La solidez de las cuentas de las empresas debería propiciar también nuevas y ambiciosas operaciones corporativas. Las empresas tienen caja para invertir, sólo falta que se decidan y que acierten al elegir su objetivo.

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