Fazio, en el punto de mira
En una transcripción filtrada de una conversación telefónica, Gianpiero Fiorani, máximo ejecutivo de Banca Populare Italiana (BPI), insiste que querría besar a Antonio Fazio, gobernador del Banco de Italia, en la frente. Este debería haber sido el beso de la muerte para el señor Fazio, que regula el sector bancario de Italia y acababa de aprobar la oferta de BPI para comprar Antonveneta, otro banco italiano. Sin embargo, a pesar de que escándalos sucesivos han ido poniendo en evidencia las manifiestas deficiencias en la regulación financiera italiana, parece haber pocas posibilidades de cambio.
Las transcripciones (...) sugieren que el señor Fazio prefería que fuese el italiano BPI quien se hiciese con Antonveneta, en lugar del banco holandés ABN Amro. Esto destruiría su reivindicación de ser un regulador independiente (...). Bajo el señor Fazio, el sector financiero de Italia se ha mantenido subdesarrollado (...). Italia no puede permitirse un sector financiero ineficiente. Tristemente, el intervencionismo del señor Fazio ha infligido daño en el prestigio del banco central y en la reputación del país como un centro financiero.
La reforma del papel del Banco de Italia debe ser una prioridad para el siguiente Gobierno italiano. La salida del señor Fazio, aunque deseable, sólo sería un comienzo.