Las empresas esperan que el impacto del atentado de ayer sea mínimo
Tras los atentados del siete de julio, el comercio y el turismo pareció recuperarse rápidamente en Londres. Lo que da esperanzas a las compañías basadas en la capital de que el impacto de los ataques ocurridos ayer sea mínimo
Sin embargo, algunos analistas opinan que pueden suponer un nuevo golpe para una economía ya de por si frágil. El Banco de Inglaterra se ha mostrado preocupado por los signos de ralentización económica y los rumores de una inminente reducción de tipos de interés son cada vez más consistentes. El sector del comercio se ha visto sorprendido por la rápida recuperación de la gente tras los atentados. 'Creo que el impacto fue a mucho más corto plazo de lo que esperábamos, señaló un portavoz del British Retail Consortium. Pero cuando sucede una segunda vez hace que todo parezca más real. Todavía no sabemos cuál será el impacto psicológico', añadió.
Según datos oficiales, las ventas del comercio subieron un 1,3% en junio, tras varios meses de declive, lo que sugiere que el consumo no es tan débil como algunas investigaciones habían previsto. Trevor Williams, economista de Lloyd's TSB opina que las últimas explosiones van a tener escaso impacto en gasto doméstico pero podrían afectar a la industria del turismo. Sin embargo, los aeropuertos de Londres, las aerolíneas y las ferroviarias, señalaron que esperaban que el negocio continuara en los mismos niveles. 'Todavía es muy pronto para decir nada pero las ventas de billetes no se han alterado por el momento', señaló un portavoz de la aerolínea EasyJet.
Pero Ryanair que acaba de lanzar una polémica campaña para reactivar el negocio tras los atentados del 7-J, aseguró que las ventas cayeron un 10% tras los ataques de hace dos semanas.
Ayer los mercados volvieron a recibir una nueva sacudida tras los atentados pero se fueron recuperando a lo largo del día cuando se supo que la escala había sido mucho menor. Un grupo de expertos mostraron su inquietud sobre los efectos en la economía de los constantes ataques.
Tony Blair convocó ayer una comisión de crisis para pilotar la situación, que ha recibido el nombre de Comité Cobra y que integra a miembros del Gobierno, de la policía y del servicio secreto.