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Explosiones

Nuevo ataque terrorista en Londres, pero sin muertes

Dos semanas después de los atentados de Londres, ayer pudo haberse repetido la tragedia. Cuatro artefactos en tres estaciones de metro y un autobús produjeron explosiones de baja intensidad sin causar víctimas. Según la policía, la intención era matar, pero pudo producirse un fallo en los explosivos.

El sistema de transporte de Londres quedó ayer paralizado y se volvieron a vivir escenas de pánico tras una cadena coordinada de explosiones de baja intensidad registradas en las estaciones de metro de Warren Street, Shepherds Bush, y Oval y en un autobús de la línea 26 en Hackney Road, un poco después de la una de la tarde. Los ataques parecían una copia macabra de los que se vivieron el pasado siete de julio en la capital, que ocasionaron 56 muertos y fueron obra de cuatro terroristas suicidas británicos de ascendencia pakistaní.

Afortunadamente, en esta ocasión sólo se registró un herido de escasa consideración. Y la policía sospecha que podría tratarse de uno de los terroristas que actuó en Warren Street.

El primer ministro, Tony Blair, dijo que los ataques de ayer tenían el objetivo claro de intimidar a la gente y urgió a la población a mantener la calma y a continuar con su vida habitual.

Los datos que fueron llegando a lo largo del día fueron confusos. Pero en una rueda de prensa a media tarde, el comisario de la Policía Metropolitana, Ian Blair, señaló que la intención de los terroristas era matar y que por alguna razón los explosivos, que como en el 7-J fueron transportados en mochilas, fallaron.

Las explosiones fueron tan débiles que apenas produjeron daños en los vagones o en el autobús. Los testigos compararon el ruido que produjeron a petardos o el descorche de una botella de champán.

Grupos de artificieros entraron en las estaciones afectadas, donde, según la Policía Metropolitana, en una primera búsqueda no se encontraron trazos de material químico. Parece que sólo explotaron los detonadores. Las dos teorías que se manejaban es que o bien se hizo por error o para hacer llegar el mensaje de lo fácil que es volver a atacar y crear el caos, al estilo de lo que hacía el grupo terrorista IRA.

La policía detuvo ayer a dos personas, aunque parece que no tienen relación con los ataques, uno de ellos fue arrestado cerca de Downing Street, la residencia del primer ministro.

'La infraestructura del terror está todavía aquí'

Robert Ayers, analista del prestigioso laboratorio de ideas de Chatham House, dijo ayer que parecía evidente que el país iba a tener que afrontar una campaña concertada de terror organizada por islamistas. 'Sabemos que los cuatro terroristas que actuaron en los ataques del 7-J están muertos pero la infraestuctrura del terror, los que los entrenaron equiparon y financiaron está todavía aquí'. Esto quiere decir, aseguró Ayers, 'que todo lo que necesitan es otros cuatro jóvenes estúpidos deseosos de morir por la causa para que todo se vuelva a repetir'.Las bombas del 7-J pusieron de manifiesto que el país podría estar criando en su suelo a su propia generación de integristas islámicos, leales de Osama Bin Laden, como los que produjeron las matanzas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y en Bali y en Madrid el pasado año.

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