Mejoran las perspectivas de los negocios a pesar del 7-J
Los empresarios creen que los resultados de su negocio mejorarán a medio plazo
Los empresarios siguen evaluando favorablemente la situación de la economía española y la de su empresa en particular, incluso algo por encima que hace tres meses. Es la principal conclusión que se deriva del último Barómetro Empresarial Cinco Días-Metroscopia, realizado este mes, con el patrocinio de la Oficina de Apoyo para la Sociedad de la Información.
Los principales nubarrones sobre la actividad (encarecimiento del petróleo, crecientes dificultades para exportar y posible subida de tipos de interés) se mantienen pero no son razón suficiente para que los ejecutivos echen por tierra el optimismo. Su valoración media de la economía española se sitúa en 5,6 puntos sobre diez, igual que la obtenida en abril, y mejoran sensiblemente las expectativas de futuro.
Cuando se les pregunta por las perspectivas a medio plazo la nota obtenida es 5,3 puntos, dos décimas más que los 5,1 cosechados en abril. Esta calificación es relevante, máxime si se tiene en cuenta que el sondeo (entre empresarios con más de 10 empleados en todo el territorio nacional) fue realizado la semana pasada, poco después de conocerse el sangriento atentado terrorista de Londres, que se ha cobrado ya más de 50 víctimas mortales. Los entrevistados reconocen (seis de cada diez) que este atentado en la capital británica, como el ocurrido en Madrid hace año y medio o el de Nueva York en 2001, acaban afectando a la economía de alguna u otra forma.
Sin embargo, piensan que el efecto hay que medirlo en términos relativos. La experiencia del 11-S neoyorquino o del más reciente 11-M en la capital de España les lleva a pensar que, tarde o temprano, las aguas vuelven a su cauce y que todo el mundo tiene que empezar a acostumbrarse a la posibilidad de que, desgraciadamente, estos atentados se repitan de forma periódica. En este sentido, la mayoría considera que los efectos indirectos de este tipo de atentados serán superiores en los países en vías de desarrollo que en el mundo desarrollado, ya que estos últimos países tienen más resortes para salir a flote de las crisis.
El tono vital de los empresarios españoles no ha variado desde el anterior trimestre. Su nota media se encuentra en 5,4 puntos, al igual que en abril. Este moderado optimismo, se encuentra, no obstante, por debajo de la puntuación cosechada en otras oleadas del barómetro, como la obtenida en enero de 2004 (6,1 puntos), lo que quiere decir que la situación, aunque en alza, dista aún de ser la misma de la de hace año y medio.
Por otro lado, los empresarios están al tanto de las reformas políticas en ciernes. Consideran que los procesos de renovación de los estatutos de las comunidades pueden poner en peligro la unidad de mercado si no se hacen con tiento. A pesar de ello, están a favor de dar más autonomía fiscal a los gobiernos regionales para que mejoren su financiación, sobre todo si se trata de elevarles la capacidad normativa sobre tributos cedidos. El proceso extraordinario de regularización de inmigrantes ha sido positivo pero no se ha realizado con la rapidez y eficiencia necesaria, según la opinión dominante.
El barómetro se completa con consideraciones sobre la jubilación. Un 36% de los empresarios confía en prejubilarse antes de los 65 años. La mitad de ellos ha previsto ya medidas en su empresa para conciliar la vida laboral con la familiar aunque queda mucho camino por recorrer en asuntos como guarderías para los hijos de los trabajadores.