El nuevo formato para intercambiar información empresarial
Se espera que en el medio plazo podamos interpretar, integrar o visualizar la información financiera de una empresa sin necesidad de crear complejos y concretos procesos de intercambio Sería casi mágico utilizar un simple clic para poder presentar en Excel la información que nos bajemos desde internet a nuestro ordenador, realizar comparativas de balances entre distintas empresas de una manera más sencilla, capturando los datos necesarios y presentándolos en un soporte analítico que interprete este nuevo formato. En suma, consolidar información de manera más automática y precisa, evitando en gran medida los complejos procesos actuales. La solución es ya una realidad, con un nombre que puede recordarnos a un modelo de bicicleta de montaña: XBRL. Hablamos de la nueva forma de intercambiar información empresarial.
Hasta hoy, disponer de un entorno de intercambio de información controlado y eficiente era algo complejo e implicaba mucho esfuerzo y dedicación por parte de las empresas y profesionales. Realizar adaptaciones, incluir nuevos demandantes, recoger datos de otras fuentes y -en general- ampliar el mapa de interrelación requería invertir tiempo y esfuerzo para el desarrollo de las nuevas adaptaciones y preparar los entornos informáticos de manera adecuada.
Dado que el reto es seguir creciendo y aumentando las necesidades de compartir información para conseguir ser más globales e internacionales (NIC, Basilea II), ¿es razonable mantener la situación actual? ¿Por qué no replantearse de nuevo la cadena de suministro de información y encontrar una solución que aporte valor y mejore cada una de sus fases de creación, validación, distribución y publicación? ¿Por qué no establecer un nuevo esquema de intercambio de documentos que además sea más eficiente, mejore la transparencia y nos ayude a ahorrar costes?
XBRL nace en 1998 con el objetivo de cubrir estas necesidades y convertirse en un estándar universal que optimice los mecanismos de generación, divulgación y análisis de la información financiera de las empresas. Técnicamente deriva del lenguaje estándar de etiquetas XML y como principal valor habría que destacar que se encarga de formalizar la estructura, contenido y representación para cada uno de los datos que se definen en un documento financiero: balance público, cuenta de pérdidas y ganancias, balance consolidado, etc. A partir de ahora el dato estará definido en su concepto, significado, tipo, valor y alcance de una manera común para todos aquellos que lo utilicen, y aprobado por una asociación oficial.
Además, en el proceso de generación de la información el formato XBRL ofrece una estructura homologada y común por documento que debe cumplirse de manera universal. Respecto al procesamiento de los datos automatiza tareas que mejoran su precisión y transparencia, permitiendo detectar errores previos al envío o manejo interno de la información, validando automáticamente para ello cada uno de los elementos y sus relaciones. Ya no será necesario definir procesos complejos y particulares para cada uno de los intercambios a realizar. La información será generada una vez y compartida en distintos canales, en distintos formatos y no requerirá manipulación.
Aunque existen muchas ventajas para la adopción de este estándar por parte de las empresas y mundialmente se está apostando por ello, es importante tener en cuenta cuando se quiera abordar un proyecto de este tipo, que la solución no responde sólo a una mera búsqueda de la tecnología adecuada, sino también debe incluir una revisión de los aspectos organizativos internos y procesos involucrados.
A día de hoy ya existen varias entidades que están colaborando y comunicando parte de la información financiera en este nuevo lenguaje y su uso seguirá creciendo.