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Ataque terrorista

La policía reconoce un alto grado de sofisticación en los ataques de Londres

La policía que investiga los atentados de Londres cree que se utilizaron explosivos de alta potencia con sofisticados temporizadores. Mientras, siguen las dudas sobre si el ataque fue obra de islamistas del Reino Unido o llegados del exterior.

Londres amaneció ayer luminoso y soleado. Los parques estaban llenos y, excepto ciertas zonas acordonadas y policías patrullando algunas calles, nada dejaba entrever la tragedia que golpeó a esta ciudad el jueves. El sábado la Policía Metropolitana reveló que las tres explosiones en la red de metro se realizaron de forma casi simultánea con 50 segundos de diferencia y que se emplearon explosivos comerciales de alta potencia con sofisticados temporizadores. La cifra oficial de muertos se eleva a 50 pero todavía siguen sin recuperarse alrededor de una veintena de cuerpos atrapados en el túnel que une las estaciones de King's Cross y Russel Square.

En este claustrofóbico lugar el túnel tiene tan sólo unos 3,6 metros de diámetro y existe un espacio de apenas 15 centímetros entre su techo y el de los vagones, continúan trabajando los equipos de rescate y expertos forenses. 'Las condiciones son infernales, estas personas tienen que soportar temperaturas que rondan los 60 grados centígrados, respirando polvo, humo y sustancias tóxicas y con la compañía de las ratas', señalaba Andy Trotter, subcomisario de la Policía de Transporte Británica.

El ministro del Interior, Charles Clarke, volvió a advertir ayer de la posibilidad de nuevos ataques. Las fuerzas de seguridad temen que la célula terrorista que actuó el jueves de la que, oficialmente, todavía no se tienen pistas, vuelva a intentar nuevos atentados. El sábado por la tarde la policía de West Middlands ordenó evacuar toda la zona centro de la ciudad de Birmingham tras recibir información de los servicios de inteligencia alertando sobre la posibilidad de un atentado terrorista. Más de 20.000 personas abandonaron el centro de la segunda mayor ciudad británica por una amenaza que al final resultó ser falsa.

Tres diferentes grupos, que dicen formar parte de Al Qaeda, han reclamado responsabilidad en los ataques del pasado jueves. Ayer apareció la última reivindicación en una página web, firmada por la brigadas Abu Hafs al-Masri, llamadas así en honor de uno de los lugartenientes de Bin Laden, asesinado en un ataque estadounidense sobre Afganistán en noviembre de 2001.

Los cuerpos de seguridad y los expertos británicos no se ponen de acuerdo sobre si los atentados son obra de islamistas fanáticos nacidos y educados en Reino Unido o de terroristas llegados del exterior. La policía ha intensificado con ayuda de agentes de otros países la búsqueda de varios sospechosos, entre los que destaca Mustafá Setmariam Nasar, alias Abú Musab al Suri, sirio de 47 años casado con una española y con pasaporte español, que se sospecha se encuentra actualmente en Irak y que está considerado uno de los cerebros de los atentados de marzo del pasado año en Madrid. Otra persona buscada por la policía, el marroquí Mohamed al Gerbouzi, declaró el sábado a la cadena de televisión árabe Al Yazira que no se encontraba huido y que las autoridades del Reino Unido sabían dónde encontrarle.

Fuentes policiales consultadas por The Observer afirmaron que la posibilidad de que los ataques hubieran sido llevados a cabo por terroristas suicidas estaba prácticamente descartada, ya que las heridas de los viajeros de tres estaciones siniestradas indican que las bombas fueron colocadas en el suelo, lo que sugiere que las explosiones se realizaron con temporizadores.

Los investigadores esperan asimismo encontrar pistas valiosas en el autobús que explotó en Tavistock Square en el que murieron 13 personas. El vehículo, que todavía se encuentra en la zona siniestrada, será próximamente trasladado a otro lugar para ser sometido a un escrutinio más detallado.

Tony Blair dijo el sábado que los investigadores aún desconocían quién estaba detrás de los atentados pero que todas las pistas apuntaban a un grupo del estilo de Al Qaeda. 'Era inevitable que los terroristas intentaran atacar nuestro país. Es trágico que al final lo hayan conseguido', señaló el primer ministro.

Preguntado por la BBC, si pensaba que la tragedia podría haberse evitado con mayor vigilancia el primer ministro respondió: 'si hay gente dispuesta a entrar en un autobús o en el metro con una bomba, para causar muerte y destrucción indiscriminada, no hay vigilancia en el mundo que pueda frenar eso'.

Más control en llamadas telefónicas e internet

El Gobierno británico prepara una amplia batería de medidas antiterroristas tras el atentado del pasado jueves. El ministro de Interior, Charles Clarke, anunció ayer que quiere que la policía pueda rastrear llamadas telefónicas, mensajes de móvil y correos electrónicos. Las operadoras tendrían que guardar esos datos y proporcionárselos a la policía si los pide. Algunas de estas medidas se plantearán en la reunión de ministros de Interior y Justicia de la Unión Europea (UE) que tendrá lugar el miércoles en Bruselas.Clarke advirtió que los terroristas que cometieron los atentados del jueves podrían estar preparando más ataques y señaló que se están utilizando todos los medios posibles para atraparlos.Tras los primeros días de apoyo total al Gobierno, el líder de la oposición, el conservador Michael Howard, ha pedido una investigación para averiguar si se han producido fallos de inteligencia en la prevención de los ataques. El anterior comisario de la Policía Metropolitana, John Stevens, dijo a la BBC que las fuerzas de seguridad británicas han abortado al menos ocho ataques terroristas en los últimos cinco años.

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