El segundo estallido afectó a una línea de metro de Ferrovial
La segunda explosión en el metro de Londres afectó a una estación de la línea Piccadilly, una de las tres en las que Ferrovial tiene un contrato de mantenimiento. La constructora española con mayor presencia en el Reino Unido afirma que el efecto de los atentados en el negocio es nulo.
Cerca de 2.000 empleados de Tube Lines, la empresa de matenimiento de metro que Ferrovial controla en un 66% a través de su filial de servicios Amey, que a diario trabajan en el metro fueron desalojados tras la primera alerta. Inmediatamente después las fuerzas de seguridad impidieron el acceso al suburbano. Imposible averiguar qué había pasado dentro. Por la mañana ninguna de las cinco estaciones en las que presumiblemente había habido explosiones pertenecía a ninguna de las tres líneas que la constructora se encarga de mantener y renovar, Jubilee, Northern y Piccadilly.
Pero cuando la policía dio la primera versión oficial por la tarde se supo que una estación de esta última línea, Russell Square, había sido blanco de la segunda explosión en un túnel con dirección a King's Cross, donde confluyen las líneas Piccadilly y Northern. Hubo al menos 21 muertos, según datos de la policía.
Ferrovial fue ayer incapaz de hacer balance de daños ni personales ni materiales en las estaciones que mantiene. Pero explicó que 'el efecto para los ingresos que recibe del Metro de Londres es cero porque no lleva la gestión directa', afirmó una portavoz. Cualquier destrozo está cubierto por la póliza que tiene el suburbano.
Los demás grupos de servicios presentes en Reino Unido no se han visto afectados
A media tarde el segundo grupo de construcción y servicios español pudo confirmar con total seguridad que no hay víctimas ni heridos entre los 2.500 trabajadores que tiene Tube Lines. La información, mínima, llegó con cuentagotas. Salvo el dato de la ausencia de daños personales, prioridad para Ferrovial, no se pudo recabar mucho más ni de Amey (que el año pasado trasladó su sede de Londres a Oxford) ni de Tube Lines.
Otras constructoras, como FCC, también con importante presencia en el negocio británico de servicios, además de ACS (que tiene Dragados Concessions en Londres) y Acciona no se vieron afectadas. La filial de FCC, Focsa Services, tiene la sede en Manchester.