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Crónica de Manhattan
Crónica
Texto informativo con interpretación

Pilares frágiles

Los últimos y definitivos cálculos indican que en el primer trimestre la economía de EE UU ha crecido un 3,8%. Más de lo que se había calculado previamente. Además, la Reserva Federal acaba de subir tipos por novena vez consecutiva y ha dejado la puerta abierta a más alzas afirmando, en un tono más optimista que en mayo, que la expansión 'continua firme'.

Pero hay quien no las tiene todas consigo.

Para empezar, y siguiendo una interpretación ortodoxa, no parece que el mercado de bonos comparta la euforia. El jueves, tres horas después de que la Fed dejara los tipos en el 3,25%, el rendimiento del bono a 10 años era del 3,9%. Hace un año, cuando comenzó el alza de tipos desde el 1% era del 4,6%.

De este comportamiento no se deduce nada bueno. Una curva de tipos fuertemente invertida ha precedido históricamente a depresiones. Aún no se ha llegado a este punto pero la diferencia de tipos muestra ya un progresivo 'aplanamiento de la curva'. Greenspan califica la situación de extraña, pero desestima la interpretación negativa y cree que variables como la globalización contribuyen a la obsolescencia de lecturas teóricas como ésta.

Pero, además de estas discutidas fuerzas del mercado, hay otros que dudan.

Uno de ellos es Bill Gross, director gerente de Pimco, uno de los mayores gestores de renta fija del mundo. De acuerdo con el último análisis mensual de este experto, el crecimiento económico de EE UU está apoyado 'en pilares frágiles' y la recesión es una 'alternativa realista'.

El influyente Gross se alinea con quienes aseguran que el crecimiento se basa en la apreciación de activos y no en una inversión que sostenga la economía. Según el gestor de Pimco, el crecimiento futuro depende de la apreciación adicional del mercado inmobiliario y la Bolsa 'si Asia sigue absorbiendo nuestra inversión y nuestro empleo'.

Gross defendió sus opiniones la semana pasada en televisión con John Snow. El secretario de Tesoro le dijo que la economía está en el buen camino, que hay una fuerte productividad, se crea empleo y los desequilibrios están en vías de corregirse. De paso, negó que hubiera una burbuja inmobiliaria.

Pero no le convenció. Gross considera que los altos déficit, la caída de valor del dólar, la rebaja de impuestos y los bajos tipos de interés han reducido el abanico de medidas para estimular la economía.

En una línea similar se sitúa Warren Buffett, quien dijo a la CNBC, en referencia al déficit por cuenta corriente y su consiguiente apuesta contra el dólar, que 'vamos por un camino que desde siempre ha sido descrito como peligroso por la gente más inteligente de este país'.

Los economistas de la prestigiosa Brookings Institution William Gale y Peter Orszag aseguraban en Los Angeles Times que la administración Bush vive en la negación de los mensajes que envía el déficit por cuenta corriente y los peligros que encierra la bajísima tasa de ahorro de un país que es un gran deudor. 'El gran problema es que ahora estamos menos equipados para lidiar con los problemas del déficit que en la era de Reagan'.

A Rodrigo Rato también le preocupan los desequilibrios. El director gerente del FMI ha dicho en muchas ocasiones que 'lo que es insostenible se termina cayendo'. Una dura prueba del algodón para las tesis de Gross y compañía.

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