Schröder logra disolver el Parlamento para convocar elecciones
El canciller alemán, Gerhard Schröder, solicitó este viernes formalmente la disolución del Parlamento al presidente del país, Horst Koehler, después de que la cámara le retirase la confianza y como paso previo a la convocatoria de elecciones anticipadas.
El jefe del Gobierno transmitió a Presidencia el resultado del voto de confianza, que de acuerdo a lo previsto perdió gracias a las abstenciones de buena parte de sus propias filas.
Koehler dispone ahora de hasta 21 días para proceder a la disolución de la cámara y, si así lo decide, convocar comicios legislativos en el plazo de 60 días.
Por tanto, el presidente alemán, Horst Koehler, tiene ahora la pelota en el tejado, puesto que le compete convocar unas elecciones deseadas por todos los partidos y la población, pero enmarcadas en una 'escenificación' que raya la inconstitucionalidad.
La votación de ayer en el Parlamento fue lo contrario a lo mandado por los cánones de la disciplina de partido, al menos en las filas del gobierno: abstenerse en el voto de confianza significaba fidelidad a la consigna de la jefatura; darle el sí al canciller vulneraba la voluntad de Gerhard Schröder. Los más fervientes detractores internos de la línea del canciller, tanto en su Partido Socialdemócrata (SPD) como en los coaligados Verdes, se erigieron en abanderados contra la retirada de confianza. Los más fieles siguieron el dictado de la abstención.
'Lo que ocurre aquí es una escenificación absurda (...) Su discurso es falso desde la primera frase, señor Canciller. No quiere que le demos nuestra confianza. Quiere perder esta votación', dijo el verde Werner Schulz, quien piensa recurrir al Tribunal Constitucional, si Koehler disuelve la cámara.
Pese a estas diatribas y pendientes de la próxima convocatoria electoral, los partidos iniciaron este viernes, de facto, la campaña electoral con las intervenciones de los principales líderes políticos en el debate parlamentario previo al voto de confianza que perdió el canciller. Después los partidos empezaron inmediatamente a trabajar en el diseño de sus programas. Aunque en las últimas semanas los partidos ya endurecieron su tono, las intervenciones parlamentarias del viernes pueden considerarse como un pistoletazo de salida oficioso a la lucha por las urnas.